BREVE COMENTARIO POLÍTICO

No me gustan nada los partidos políticos, sus conductas, sus directrices. No distingo entre unos u otros hablo en general. Sé que deben existir determinadas agrupaciones y organizaciones de pensamientos más o menos afines para proponer alternativas, mejoras, opciones para la dirección de municipios, provincias, regiones, naciones. Bien todo ello lo reconozco como normal. Ya no tanto que seas de un partido y ahí te impongan el ser ateo, católico, hasta casi como vestirte, no discrepar en nada ¿eso es libertad de expresión?. Yo puedo tener muchas ideas afines a las directrices de un partido, pero debo ejercer de cierta libertad individual. Te hacen formar parte de un rebaño, en donde un pastor custodia y una serie de perros te rodean para mantenerte dentro de un reducto de donde no puedas ni asomar la cabeza o mirar a otro lado. Hablo de ahora, porque es el presente, pero en anteriores legislaturas siempre han ocurrido cosas similares. Llevamos dos años ahora mismo de una legislatura totalmente inconexa. Presidente autonómicos que se han mostrado críticos y reacios con las bases de su partido ha llegado el momento de la votación parlamentaria y borreguilmente sin estar de acuerdo han dado su ‘si’, cuando el día anterior en entrevista de prensa o tv habían manifestado que no estaban de acuerdo. (Véase al ‘aguerrido’ Sr. Rodríguez Ibarra de la Comunidad Extremeña). ¿Es eso conveniente para el pueblo, además, es honesto?.
La socialista y prestigiada Rosa Díez del País Vasco y el afamado hasta por la derecha Francisco Vázquez, alcalde de La Coruña, han sido condenados al ostracismo por mostrar rebeldía a las instrucciones a seguir. Ya, con anterioridad, otro vasco de valía, Nicolás Redondo fue apartado, al igual que Cristina Alberdi en Madrid.  Con estos ejemplos que cito no quiero decir que solo ocurra en el PSOE, estoy por asegurar que en todos cuecen habas, al citar estos son por ser de los últimos renombrados.
En cualquier caso es que mi opinión, sería mejor para el pueblo que en la votación de cualquier ley cada diputado fuera libre, para mejor poder llevar a cabo ello las votaciones secretas y eliminar el temor a crear discrepancias internar entre ellos, para eso se celebran reuniones de partido para saber la situación en cada momento. Insisto en esta libertad de expresión particular el pueblo saldría ganando. Es indudable que cada partido tiene doctrinas o ideas buenas y malas para cada cual, pero un poco de libertad interna no vendría mal para los propios votantes. Esto viene a colación sobre un artículo leído como titula el periódico <<desde su puesto de castigo>> apartada del País Vasco, resultaba molesta.