MARIETA, TE HAS IDO PERO NO NOS HAS DEJADO

No soy, especialmente, dado a tocar temas con el ‘famoseo’, pero hay personas como Marieta que han defendido su territorio con gran dignidad, salvando, hábilmente, el acoso del ‘periodista’ contumaz, mosca cojonera o de ovarios que, hasta cierto punto los justifico, cuando alguien negocia con sus historias, sus camas y sus detalles íntimos. Otras personas conocidas, simplemente, por tener una vida pública, les han soportado pero no se han prestado a ser carnaza carroñera. Este es el caso de Rocío, Rocío Dúrcal (apellido otorgado por dar diferente sonoridad al propio y acoplar a un nombre artístico que un agente laico actúo, como tantas veces de confirmador, el nombre corresponde a una digna, pero pequeña ciudad granadina, donde le dedicaron una calle). Su nombre verdadero el de MARÍA DE LOS ÁNGELES DE LAS HERAS ORTIZ, nacida el 4 de octubre de 1944 en el barrio de Chamberí de Madrid.
No era su objetivo ser artista, confesó en más de una ocasión, simplemente le gustaba cantar y tenía cualidades las que utilizó para ir a modestos concursos de noveles en radio donde podía ganar 100 pesetillas, útiles para colaborar al condumio familiar. Como ocurre en muchos casos, cuando tenía 14 años detectaron un filón a explotar, y le dieron papeles de cine, donde su principal objetivo era lucir su copla y cante. Más madura se especializó  en la interpretación de rancheras, ganándose a ese país, que le ha guardado un total silencio oficial, y en muchos lugares de la América Latina. Conquistó México de diferente forma que Hernán Cortés. Se casó con otro cantante famoso de la época ‘Junior’ que formaba pareja con ‘Juan’, ya dado a conocer en el grupo ‘Los Brincos’.
La parca la ha elegido a sus juveniles y bien mantenidos 61 años, un 25 de marzo de 2006, todavía le hubiera quedado cuerda para seguir embelesando pero la guadaña cortó la rosa y se la llevó. Quizá el argumento era que en la coral angelical (no olvidemos que encima se llamaba Ángeles), venía muy bien una voz y una figura así.
Pero para muchos de nosotros no te has ido, tu precioso rostro, tu ánimo y tu estilo peculiar de voz permanecerán impertérritos. No se va cuando uno quiere. No obstante, feliz viaje y gracias Marieta.
El 25 de marzo de 2006 ya tiene otra efeméride.