Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida (LXXI)-71º

Un detalle curioso, enfrente de esta vivienda destinada a la portera, hoy en día vendida como un piso mas, están hoy en día los cajetines de buzones de correo de la vivienda al ser 56 las viviendas que componen la casa ocupan un buen espacio. Entonces esto no existía, el cartero, llamada así por ser el que distribuía las cartas a diferencia de hoy en unos carterones grandes de cuero, portaban las misivas interfamiliares, era la forma tradicional de comunicación pues ni siquiera los teléfonos de casas estaban extendidos y aún con la complicación que para tanta gente significaba escribir una carta ya que la cultura escaseaba era el medio regular noticiable como digo. Mucha gente tenía que recurrir a terceros, amanuenses solicitados para llevar al papel las transmisiones de analfabetos, siendo los interlocutores de la correspondencia interfamiliar, en muchas poblaciones rurales, el señor cura, así llamado, cumplía con esta labor, alguna prebenda obtendrían de esas colaboraciones.
Pues como decía, el cartero, con su uniforme gris en verano y azul marino en invierno, llegaba al borde de la escalera hacía silbar un pito un par de veces, reclamando atención y voceaba los nombres que venían en los sobres. El vecino ‘afortunado’ debía de bajar a recoger el envío... Curiosidades de la época, una mas de ellas.--
imagen: cartero antigüo
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