Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida (XLI)

Citaré a algunos o casi mayoría de los que, sobre todo, cuando jugábamos al fútbol, con una pelota pequeña e incluso de trapo recosida por alguna de las madres, nos servía para esta práctica. Las porterías las acotábamos con unas cuantas piedras a modo simulado de los postes. Entre ellos estaba Valentín, el Valen, era muy normal utilizar el mal uso de el o la delante del nombre, diminutivo o apodo, el Goyo, Roberto, Pablo, Antonio, Fernando, Toñín el sardina (que era su apellido), Genín (de Eugenio), el Olalla (apellido), el Maxi y claro falto yo, el Fito, diminutivo de Adolfo y recortado en su parte final, esto era algo que me ponía malo, con los años me llegó a traer sin cuidado, sobre todo cuando algún vecino me identificaba así. En las chicas, estaban Juani, Mari Juana, Mari Tere, María Elena, Caroli, Carmina, Angelita, Tere Taravilla (digamos mi primer y principal platonismo, recuerdo que cuando ya teníamos 14 o 15 años, ella era 2 años mayor, fuimos a dar algún paseo juntos, sin mas, no nos llegamos a tocar ni la mano. Mª Carmen Mozas. No creo que me deje a nadie muy relacionado. Cuando chicos o chicas pasaban de los 15 o 16 años, ya eran parte del primer grupo de los mayores y la mayoría ya trabajaban en algo. Los chicos fumaban, en su mayoría vestían de mono por oficios varios, durante la semana, los domingos se acicalaban y se ponía un traje con camisa y corbata, normalmente, el único que servía para varios años y se iban de bailes. Los de nuestra edad, los niños, era un mundo aparte.
En próximos relatos describiré juegos al uso...
imagn: pandilla de chicos dispuestos a jugar
0 comentarios