SOBRE LA MARCHA-15/06/11
Una vez más tema improvisado, no estaba en mi ‘tintero’, carecía de previsión alguna.
En mi ruta vespertina, primero suelo ir al bar Esteban, en la esquina de mi calle, ahí ojeo el ABC sino lo he hecho por internet, solo los artículos de ‘Opinión’ y de paso cojo la página del crucigrama, son mi debilidad y de ello se aprende mucho. En media hora me dirijo a la calle de arriba, Divino Vallés y voy a mi sitio de lectura, ‘mi rincón’ como le llamo, dentro del saloncito en donde también enfrente está la barra, hay ocho mesas en madera fuerte de forma rectangular, con cuatro sillas, al mediodía es el comedor, un matrimonio portugués, Ana en la cocina y Alberto sirviendo, en la barra un ecuatoriano amable y educado Hugo.
Las tardes es salón de reuniones y copas, con la tele al fondo, bien visible desde todas las mesas. Bueno pues nada más entrar en Divino Vallés, un coche con la puerta abierta, su dueño un treinta añero sonriente en conversación con una oronda cuarentona que yo, al andar con lentitud y como estoy ojo avizor y oído agudizado, aunque esté algo desgastado, pues cazo al vuelo la más ínfima circunstancia, entonces la ‘nena en cuestión’ suelta una serie de corridas ‘lindezas’, “¡JODER, DE PUTA MADRE, COÑO…!. Erudita frase que ni nuestro novelizado Cela, ese que decía que era capaz de con su culo podía absorber en un orinal una buena cantidad de agua, dicho en televisión directamente y que fallecido, otro académico ilustre ha tomado su testigo en usar cuando le viene en gana términos que están a la orden del día en la calle, Pérez Reverte y no se anda con remilgos, aunque ambos escribieron y escriben libros de gran diseño lingüístico hubieran emulado de la rolliza dama.
Yo en mis tiempos, no solía utilizar tacos, ahora los practico más que los que tiene un gran salón de billar. Los ingleses a estos vulgarismos callejeros les llaman ‘the slang’.
Los tacos si se lanzan sin objetivo ofensivo resultan hasta graciosos, veamos por ejemplo la expresión andaluza para realzar algo bueno que hace alguien ‘¡pero que hoputa ere!’. Diferente sería decir ‘tu ere un hoputa, joé’, ahí ya interviene el insulto.
En todos los idiomas existen vulgarismos, son parte del lenguaje popular pero que también se da ya entre ‘pijit@s’ y no digamos las quinceañeras, yogurinas o teenagers, ¡ozú!, que de exabruptos suenan pero aunque sean frases hechas, me resulta doliente a mis ‘castos oídos’ que las tendentes a feministas, digan por ejemplo ‘a mí me suda la polla’ (digo yo que sería el clítoris ¿no?), ‘me toca los cojones’ (interpreto que sería ovarios), ‘una tía cojonuda’ (cambio por ovariuda, palabro creo inventado por mí).
Cuando se dice ‘coño’ o ‘joder’, no se refiere a decir vagina o follar o, la recalcitrante y eufemística expresión francesa de ‘hacer el amor’, el amor no se hace se practica, el amor es un sentimiento más sublime. Entonces esos términos, vulgarmente, coloquiales están en el ambiente del bar o de donde sea.
Reciente y públicamente, una impresentable ministra del gobierno, espetó que ‘una ministra puede nombrar a dedo a quien le salga de sus cojones’, será hermafrodita digo yo.
El cultiparlante absoluto rechaza estos coloquios ‘groseros’ pero, el pueblo es el pueblo, mama de la leche materna y de la puta y si no tiene remilgos cuando mea, no se la coge con papel de fumar.
Chiste antiguo es ‘dos hombres en un urinario de esos en los que miccionamos como castigados, siempre cara a la pared, uno de ellos con los brazos levantados le dice al otro, me la puede sacar, por favor’ y le dice el otro ¿‘mutilado’?, y contesta, no, no es que da cierto me da cierto asco.
Colorín…….
3 comentarios
Paco -
Saludos.
Adolfo -
Carmen -
Totalmente conforme con este escrito, como es costumbre en mi sacarle alguna q otra puntilla asus comentarios, en este me ha pillado, la alunna quisquillosa en esta ocasion tiene q asentir
Los tacos no suenan bien en ninguna edad y menos en gente joven a mi manera de ver, aunque alguna vez yo si los digo, sera q todo lo mano se pega