Bueno pues el tramo estival de mis vacaciones (ya saben los pocos que me leen que las distribuyo en Las Cuatro Estaciones, no con vocación musical de Vivaldi, pero sí echando una mano de su título. )Entonces me explico quiero decir que esta parte correspondiente al VERANO, se ha interrumpido inútilmente y por precipitación manifiesta de mi sobrina. Ésta con sus 36 años ha convivido en la casa de mi madre, a la que tenemos en un centro geriátrico por una demencia senil y un acuerdo que mantiene con el Sr. Alzheimer, pues a mi madre hace un mes le sobrevino un amago de ictus cerebral, quedo paralizada en parte, pero estas naturalezas fuertes sobreviven a todo, total que se recuperó y regresó a los 15 o 20 días a la Residencia. Llegó el momento de nuestras vacaciones y con cierto temor tomamos la iniciativa de correr el riesgo. Nuestra presencia solo es testimonial porque no podemos hacer otra cosa y solo seguir las directrices de los facultativos.Bien pues llevando 8 días fuera, mi mencionada sobrina llama que han vuelto a internar a la abuela, esta vez al parecer por un amago de infarto cardíaco. Mi sobrina ante tal circunstancia, ella es muy acelerada, nos llama apurada contando el problema e introduciendo más carga de la que realmente se ha demostrado había. Moralmente decidimos volver el día 12 y viniendo en el tren nos avisa que a la abuela ya le han dado el alta, luego es evidente que la gravedad no era apurada. Ya el retorno nos resulta imposible porque, en principio, el hotel está a tope y encima, lógicamente, temes te vuelvan a llamar por una nueva incidencia, así que el retorno ha sido catalogado de inútil. Así que solo pensando en positivo, prolongaremos la estancia en ocasión más propicia.Trataré, por tanto, de volver a mis escritos con, más o menos ánimos, ya que últimamente me encuentro mi restado en mis actitudes. Quizá ciertas circunstancias hayan ido sumándose para debilitar mis arrestos.
Bueno pues el tramo estival de mis vacaciones (ya saben los pocos que me leen que las distribuyo en Las Cuatro Estaciones, no con vocación musical de Vivaldi, pero sí echando una mano de su título. )Entonces me explico quiero decir que esta parte correspondiente al VERANO, se ha interrumpido inútilmente y por precipitación manifiesta de mi sobrina. Ésta con sus 36 años ha convivido en la casa de mi madre, a la que tenemos en un centro geriátrico por una demencia senil y un acuerdo que mantiene con el Sr. Alzheimer, pues a mi madre hace un mes le sobrevino un amago de ictus cerebral, quedo paralizada en parte, pero estas naturalezas fuertes sobreviven a todo, total que se recuperó y regresó a los 15 o 20 días a la Residencia. Llegó el momento de nuestras vacaciones y con cierto temor tomamos la iniciativa de correr el riesgo. Nuestra presencia solo es testimonial porque no podemos hacer otra cosa y solo seguir las directrices de los facultativos.Bien pues llevando 8 días fuera, mi mencionada sobrina llama que han vuelto a internar a la abuela, esta vez al parecer por un amago de infarto cardíaco. Mi sobrina ante tal circunstancia, ella es muy acelerada, nos llama apurada contando el problema e introduciendo más carga de la que realmente se ha demostrado había. Moralmente decidimos volver el día 12 y viniendo en el tren nos avisa que a la abuela ya le han dado el alta, luego es evidente que la gravedad no era apurada. Ya el retorno nos resulta imposible porque, en principio, el hotel está a tope y encima, lógicamente, temes te vuelvan a llamar por una nueva incidencia, así que el retorno ha sido catalogado de inútil. Así que solo pensando en positivo, prolongaremos la estancia en ocasión más propicia.Trataré, por tanto, de volver a mis escritos con, más o menos ánimos, ya que últimamente me encuentro mi restado en mis actitudes. Quizá ciertas circunstancias hayan ido sumándose para debilitar mis arrestos.
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