LOS COLORES DEL MAR-16/03/2011
En principio el mar, el agua en sí pienso que es un principio de relajación. Como un antidepresivo que nos aporta la naturaleza, en donde otras muchas cosas también general un alivio a nuestras tensiones. Un bosque y sus tonos verdes, ocres y amarillos; las flores, obras de arte con sus colores llamativos o pálidos, la monotonía de un desierto, oleado por sus dunas.
El correr del agua, ríos, arroyos, fuentes, manantiales, estanques, lagos, etc. nos proporciona gran parte de energía positiva o seda nuestra ansiedad.
Voy a referirme, especialmente, al mar.
Condiciones específicas del agua como definición es que es incolora, inodora e insípida. No estoy muy de acuerdo, todo tiene color, olor y sabor, más o menos suave o intenso.
En el mar, esa agua incolora, se torno en azules, verdes, etc., dependiendo de la composición salina y mineral.
Estoy sentado a unos 5 metros de la orilla, en la playa de la Carihuela, Torremolinos, Málaga. El Mare Nostrum a través de sus emisarias olas que vienen y van, espumeantes, parecen incitarme a ese ‘baile’. A través de su vaivén pausado, mis pensamientos empiezan a flotar, un poco al pairo, van de un sitio a otro sin fijación. Incluso, aún, cuando están más rebeldes, su alba efervescencia provoca e incita al interés y reflexión.
Las mareas, aquí, no son invasivas, incluso casi ni se aprecian, algo disminuye el terreno playero.
Una canción del alemán Chris Rea llamada ‘On the Beach’ (En la playa) me sobreviene. También el conocido clásico de ‘El vals de las olas’.
Como decía la infinita gama de tonalidades se difumina, privan los azules, pero si las nubes son oscuras entra a escena el gris y sus variedades.
Existen otra forma de variedades provocada por la flora marina, las algas, las rodofíceas, dan origen al Mar Rojo, otra variedad oscura genera el Mar Negro.
En esta ocasión, no muy normal en esta zona, las tierras arrastradas de las próximas montañas generaron un color generalizado hasta el horizonte que te invitaba a llenar una taza y tomarte un café con leche, dado el tinte proporcionado por la tierra intrusa.
Siempre se ve algo nuevo.
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