NUEVAS PRESIDENTAS

No pretendo hacer apología ni decantarme por la gobernación de países o territorios por parte de mujeres. El, mal llamado ‘sexo débil’, será por apariencia de consistencia anatómica, desde hace muchos años, aseguraría que desde la parte conocida de la existencia humana, ha sido gobernanta en muchos aspectos de las conductas de la vida real, siendo una de ellas, la más principal la familia. Con labor de hormiga u orden de abeja ha controlado todos los aspectos que conforman la vida del ser humano pero, ha tenido la gran sombra de que el hombre, ¿sexo fuerte?, Tomó las riendas quizá por ello por lo de ser mas fuerte, aunque en los subterráneos de la convivencia la mujer haya conducido el sistema, cuantas camas y almohadas nos contarían historias del ejercicio del dominio para la toma de decisiones de ‘hercúleos proyectos’. Aunque no muy religioso me atengo al libro más conocido la Biblia y ahí empezó algo de este tema, Eva, transgredió unas normas exigidas, su curiosidad se puso en juego y con ello y, a partir de ahí cambió el orden que aparentemente ‘nuestro Dios’ pretendió establecer. LOT se convirtió en estatua de sal, al volver la vista atrás algo que le había sido prohibido, María Magdalena intervino en la vida de Jesucristo y no digamos su madre, María, el simbolismo puro de la maternidad. Avanzaron los tiempos y miles de mujeres, en la sombra, ocultas en los escritos, tuvieron que ver en la formación de reinados, gobierno de pueblos, manipulaciones políticas. La reina de Asaba dominó al  sabio Salomón, Cleopatra estuvo a punto de cargarse al mayor de los imperios ‘Roma’. En España la Reina Católica se diría que llevo los pantalones del ‘tanto monta’ y luego por no extender una lista histórica, no era esta una lección de historia, favoritas, cortesanas, reinas fueron claras decisorias de políticas de importantes gobiernos. No sé habla de pintoras, escultoras, arquitectas, tampoco mucho, en tiempos más antiguos de literatas, pero claro habría que pensar que todo ello dependía que, en general, estaban fuera de la participación de estudios. Su principal labor era la de engendrar, algunas lo hicieron muy bien y dieron personajes al mundo de cierto merecimiento, otras, parece que en venganza, crearon monstruos, para desequilibrar balanzas, mucho de eso se lo mereció el propio sistema, pero estaría por asegurar que investigando honestamente se encontrarían muchas participaciones femeninas en la concepción de grandes obras.

Claro una vez incluida en la era del progreso, todo este concepto antes desechado ha salido a relucir y las ‘amazonas’ empezaron a tomar posiciones, las han ido asentando y terminarán por dominar y avasallar en porcentajes tontos (50% en la composición de un gobierno, decisión precaria de gente con pocas luces).

Todo esto viene a colación a que en pocos días, tres mujeres de continentes diferentes han tomado el dominio y la jefatura del gobierno en sus países. Ángela Merkel en Alemania, Isabelle Bachelet en Chile, Jonson Sirleaf en la Liberia africana (quien lo iba a decir). En Finlandia y en Islandia, también mujeres han presidido el país. No digamos la representatividad de la Reina Isabel II del Reino Unido. Indira Gandhi en la India y Benazir Butho en Pakistán fueron también dirigentes. Hasta el opaco Imperio Japonés está dispuesto a dar entrada en su ley a ceder el imperio a mujeres, al igual que España, volver a técnicas que ya existieron con el nacimiento de la infanta Leonor, en fin, a esto no habría que darle ningún resalte e importancia, debería ser algo natural y en poco tiempo ni se comentará el sexo del mandatario.

Ha habido en la historia sociedades con prefectura matriarcal, en España, una de las mas conocidas es la del País Vasco.
Pero insisto, afortunadamente, esto dejará de ser espectacular y noticiable porque se considerará algo natural, sin necesidad que un señor quiera tener en su gobierno un 50% de cada para quedar bien. Solo faltaría que de cada 50% tuvieran que guardarse normas también del color del pelo de los integrantes para estar bien repartidos.
Yo por mi parte escribo este artículo porque siempre he sido, soy y seré un admirador de la mujer, pero no como figura decorativa, por muy bonita que sea sino porque debe ocupar en la sociedad que le corresponde. Temblemos hombres temblemos.