La pareja, después de los hijos (y II)

Bien es verdad que con el correr de los tiempos, una mejor instrucción cultural ha fomentado mejores actividades. Lectura, información, música, visitas a museos, actividades diversas, han llenado más huecos en el ocaso prematuro de las personas.
Compaginar aficiones, colaborar en tareas, aprovechar el tiempo libre, buscar relajación, paz, reflexionar adecuadamente...
Claro ¿qué bien verdad? ¡Qué bonito es el idealismo!
Teoría, teoría. La práctica ¿qué´?, la práctica es ardua, compleja, carrera de obstáculos, la impaciencia domina. Si leyéramos el manual de instrucciones, al unísono, que dicta la naturaleza quizá nos serviría, pero he visto pocas personas que, sosegadamente, repasen las instrucciones de funcionamiento, son farragosas, ininteligibles y, claro, perdemos la paciencia, tiramos la toalla y entonces el tira palante. Así sale todo, como una lotería, mas o menos aciertos, en ocasiones, nos conformaríamos con el reintegro. Pero venga ¡OPTIMISMO!. Abanderemos la ilusión.
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