6 años después por fin título para el Barça
En un país donde el fútbol es parte de la vida, en cuanto a afición se refiere. de tantos de sus habitantes, es difícil soslayar y dejar a un lado la consecución de títulos. Indudablemente, el título por excelencia en fútbol, es la consecución del primer puesto en el calendario oficial de la Liga, dado que a través de 38 partidos, en nuestro caso, por muchas objeciones que siempre pongamos, sino es nuestro equipo el ganador, el título se obtiene por el mantenimiento de una mayor regularidad. Es verdad que influyen muchos factores que colaboran a apoyar esa regularidad. Presiones de cierto nivel, arbitrajes presionados por el peso específico de ciertos equipos, tratamientos beneficiosos que, normalmente, obtienen los llamados grandes y demás bagatelas que, acumuladas, colaboran a la consecución de ese éxito. Pero no podemos restar tanto como para no festejar y homenajear al vencedor. ¿Algo habrán hecho sus jugadores? Si encima, han mostrado sistemas eficaces, despliegue de buen juego y tácticas, en general contribuyen en gran medida a la apreciación de los que se entusiasman con este extendido juego. La Liga española, además se cuenta entre las mejores del mundo, por la cantidad de jugadores de nivel que en ella participan. Bien es verdad que salvo casos excepcionales, Athletic de Bilbao, único representante en primera con jugadores nativos de su entorno, aunque algún navarro colabore y con excepción, en ocasiones de entrenadores, el resto de los equipos son globalizaciones de etnias diversas unidas bajo una marca que en la mayoría de las ocasiones es el nombre de la ciudad, pero como negocio específico, cada uno monta su empresa con los mimbres que la legalidad establecida contempla.
Yo, no el único, pero caso especial, soy madrileño pero muy adicto y forofo atemperado del Barça, por lo que estoy ilusionado con el título que se ha hecho esperar 6 años. Sequía algo prolongada para el carisma de la entidad. Pero su reciente gloriosa década de los 90, no es fácil de emular. Hay demasiados intereses creados y demasiadas transacciones de jugadores que rompen la armonía y la estabilidad de los equipos. Hoy todos los seguidores del Barça estamos de enhorabuena, pero hay poca fidelidad, en cuanto aparezcan los tropiezos que aparecerán lanzaremos los dardos envenenados, aunque es lógica la exigencia, sino no habría pasión. Ésta pasión debe ser bien entendida, que no sirva para exteriorizar movimientos incontrolados de radicalismos.
Respetemos al resto de los equipos por mal que nos caigan y tengamos presentes a los modestos que tanta guerra dan a veces y casi diría yo que frente a ellos, por la ilusión que ponen, es donde mas hay que demostrar el espíritu de lucha necesario para la consecución de ese preciado objetivo final.
Una pequeña aclaración, mi edad supera los 50, como digo, soy madrileño, pero los 10 primeros años de mi vida los pasé en Barcelona. Mi primera partida de futbolín, fue manejando muñequitos blaugranas, de ahí mi afición por este club y sus colores.
Yo, no el único, pero caso especial, soy madrileño pero muy adicto y forofo atemperado del Barça, por lo que estoy ilusionado con el título que se ha hecho esperar 6 años. Sequía algo prolongada para el carisma de la entidad. Pero su reciente gloriosa década de los 90, no es fácil de emular. Hay demasiados intereses creados y demasiadas transacciones de jugadores que rompen la armonía y la estabilidad de los equipos. Hoy todos los seguidores del Barça estamos de enhorabuena, pero hay poca fidelidad, en cuanto aparezcan los tropiezos que aparecerán lanzaremos los dardos envenenados, aunque es lógica la exigencia, sino no habría pasión. Ésta pasión debe ser bien entendida, que no sirva para exteriorizar movimientos incontrolados de radicalismos.
Respetemos al resto de los equipos por mal que nos caigan y tengamos presentes a los modestos que tanta guerra dan a veces y casi diría yo que frente a ellos, por la ilusión que ponen, es donde mas hay que demostrar el espíritu de lucha necesario para la consecución de ese preciado objetivo final.
Una pequeña aclaración, mi edad supera los 50, como digo, soy madrileño, pero los 10 primeros años de mi vida los pasé en Barcelona. Mi primera partida de futbolín, fue manejando muñequitos blaugranas, de ahí mi afición por este club y sus colores.
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