EL RETORNO

Para que se vea como están mis ánimos, empecé a manuscribir este artículo el 3 de mayo, desde entonces he escrito varios, pero tengo un síndrome de pereza que me hace ir almacenando mis escritos a mano sin su paso por Words y posterior traslado aquí, su estación de destino. Este es el contenido, ya añejo:

Salí un 19 de abril para mi lugar habitual. El hotel La Barracuda de Torremolinos. La Primavera, según tengo programado, es mi primer viaje oficial vacacional. Bueno ya no sé si llamarlo vacación o cambio de aire. Como además siempre voy al mismo sitio parece en una parte mi segunda casa. Como más de uno sabéis y he contado, aquilaté mis presupuestos, una vez que en el trabajo me ‘dijeron adiós’ y como Vivaldi, pero sin música, compuse mis cuatro estaciones vacacionales. Torremolinos, tiene un microclima que suele aportar un amplio bagaje de días solares, aunque de vez en cuando sale alguno rebelde y ese, estando fuera de casa es peor, porque no te permite aunque sea un paseo, claro me refiero si esa lluvia es torrencial. La realidad es que las casi 40 veces que he ido creo que de esos me han tocado solo un par de ellos. Pero la brisa marina, arrobadora, por cierto, siempre acompaña con lo que la fuerza del sol, que es considerable, se rebaja y te permite cierta comodidad. Solo en verano, cuando vamos en julio hay días fuertes de calor e imagino en agosto y parte de setiembre, pero como yo no voy hasta octubre, pues eso me evito. Al estar el jardín a 50 o 60 metros del mar siempre el ambiente es más agradable e incluso en julio, por la noche, cuando bajamos a la atracción o baile que lo hacen en el jardín, alguna noche hace fresco, suave, pero fresco. Las mujeres tienen que tirar de chaquetita fina.

Bueno pues esta trata de ser una introducción y vuelta a los ruedos en términos taurinos pero me siento algo desganado y desanimado. Veremos a ver como se va dando.

Trataré de ser más constante, pero tendré que ir haciendo costumbre.