PROFESIONES COMPLICADAS
Viene a cuento este título a un comentario mantenido esta tarde con mi enfermera del Consultorio Médico, Sonia Vázquez. Tenía cita con ella por uno de mis múltiples compromisos sanitarios. Comentábamos, como entreacto, temas generales sobre mis visitas al especialista de digestivo y además le hice observación sobre el ‘pánico agorafóbico’ que, cada vez con mayor intensidad, se me viene provocando, especialmente, en espacios cerrados, en donde hay mucha concentración de gente o productos. Ya que esta mañana en el médico, desde el inicio de bajar las escaleras, otra cosa que también me provoca una nociva sensación, le digo a mi mujer se coloque dos escalones por delante de mí para no ver la pendiente de la escalera, aunque si llegara a caer, la arrastraría conmigo ya que mi envergadura es doble que la de ella, pero eso me alivia algo el sentido de vértigo. Luego el desenfreno de público que viene y va por los pasillos, como hormigas a las que se les ha alborotado su ordenado caminar. Ella, Sonia, conoce bastante de mi alterable sistema nervioso y tratando sobre ello, ha salido a relucir que una de las pocas defensas de relajación que tengo es manifestarme escribiendo en las servilletas del bar, sentado a la vera de una mesa y como en los cafés antiguos donde asistían lo aprendices de literatos o bohemios buscavidas, describo situaciones generales, cosas captadas, entornos, pocas veces temas políticos y alguno que afectan a mi propia vida (estos carecen de menos interés, aunque conformen parte de mi historia). Le he explicado que luego los traslado a mi blog o bitácora de internet, especie de diario de notas de cualquier contenido donde te manifiestas públicamente, pero de difícil detección sino tu no comentas sobre ello. Yo calculo que a lo sumo y siempre entre amistades tendré unos diez lectores. Esto le ha motivado su curiosidad y me ha pedido la dirección para introducirse en él y observar mis comentarios.Me consulta como sale parada en esos comentarios generales y le he confesado y es verdad, que no he tocado prácticamente sobre asuntos médicos, será porque como tengo tantas cuentas pendientes prefiero seguir hablado de ello. Con lo cual, a modo de dedicatoria personal, creo que debo hablar algo sobre el asunto.De ahí el título de ‘Profesiones complicadas’. Empezaré por decir que mi profesión fue la de bancario relaciones públicas, director de una pequeña sucursal bancaria. Como el producto que tocas es intangible pero avariento y deseado es complicada la función, porque lo que el cliente recibe, siempre le parece poco, lo que se le cobra, siempre le parece mucho, total que no existe el término medio y ahí como un alquimista debes (muy usado en España el término taurino), lidiar en todos los terrenos y plazas, es necesario soportar y atender reclamaciones, en muchas ocasiones justas, pero te debes a las directrices de tu empresa y ahí está la complicación.Cualquier comercio del tipo que sea, su objeto primordial es la venta y con ella obtener un beneficio, cuanto más mejor, también esta la astucia de darte gato por liebre y que encima te vayas contento, pero para no entrar en todos los terrenos profesionales, debo confesar que el que entiendo más complicado es el sanitario. Aquí cirujanos, especialistas, médicos de familia y enfermeros tienen un papel muy arduo. De sus diagnósticos, prevenciones, recomendaciones e imposición de tratamientos y pruebas depende algo tan preciado como la salud del ciudadano. La salud es un bien siempre deseable, solo que cuando se tiene todavía en gran cantidad, se le dé menos aprecio del que, a la más mínima, surge. Raro es ser un ejemplar ‘10’, es decir carente de ningún tipo de síntoma, aún los que presumen de ello, muchas veces es porque no les han analizado. Como encima la población va envejeciendo, pero se mantiene una esperanza de vida superior, los achaques se incrementan progresivamente. Pues papel importante es la continua actualización de estos profesionales de la medicina para dar con la diagnosis adecuada y su seguimiento y tratamiento. Como soy mayorcito, recuerdo la estampa de aquel DOCTOR que era DON FULANO, al que casi debías reverenciar y no te atrevías a hablar, él era como un DIOS, que no admitía réplicas ni comentarios, era casi imposible opinar sobre tu mal con tal personaje. Excepciones confirmaban la regla, como siempre. Pero justo, aunque no es que pretenda ‘donjuanear’, llegaron las mujeres a la profesión, sí ELLAS, diría que han invadido, consultorios, médicas y enfermeras son mayoría en estos centros y solo con su, general, sonrisa, trato y delicadeza femenina, te dan estímulo para acomodarte mejor en tu problema, dentro del exigido respeto que no hace falta comentar.Mis temas médicos serios se iniciaron hace 9 años, con la angina de pecho y posterior implantación de válvula aórtica metálica en operación de corazón extracorpórea. Mis visitas médicas desde entonces han sido constantes. La necesidad de mantener una coagulación sanguínea ajustada, la tendencia a tensión alta, diabetes, algo de transaminasas, triglicéridos. Se me veta mi ingesta de alcohol que ya conozco superior a mis límites, pero es que llega uno a hartarse de carecer de todo. Tomo 14 pastillas diarias, en todos los prospectos figura la influencia en la actividad sexual y aunque los años también colaboran, te terminas comiendo el ‘coco’ de tal manera que muchas veces piensas que tiras por la calle de en medio y que sea lo que Dios quiera. El profesional está para orientarte y te aconseja lo mejor posible otra cosa es la rebeldía del paciente. Yo les comprendo y hasta les firmaría un papel asumiendo que ya me han advertido, otra cosa es lo que yo luego haga. Y eso que en aspecto alimenticio, soy de poco comer y encima cumplo bastante, no tomo sales ni azúcares, como pocas grasas, pero en fin yo creo que también la combinación de tanto fármaco cada uno con su fórmula química, mezclados en la probeta que es mi cuerpo deben de producir ciertas reacciones a tener en cuenta.Pues en estos encuentros médicos, a raíz de ese comentado mal, di primero con dos hombres, un joven e instruido Dr llamado Amador que gozó de fama, por su simpatía y atención y algo brusco pero más que nada por su seriedad extrema pero buen profesional era el enfermero, Fidel, a mí siempre me atendió perfectamente. Ninguna queja. A partir de ahí ya todo fueron mujeres, la doctora Lourdes, serie de expresión, pero llegamos a un trato tan bueno que hasta en nuestras consultas la sonrisa mutua era la expresión común. Que decir de la enfermera Inés Novellón, una vez más saltan mis lágrimas en su recuerdo (mi niña preciosa, 30 añitos, asesinada, por la barbarie reinante e incontrolada de este maldito mundo de ideas radicales y fanatismos teocráticos y políticos, el atentado en RENFE el 11 de marzo de 2004). Era dulce, animosa, amable, divertida..................Un nuevo cambio me derivó a la Dra. Carmen Terrón, de gran simpatía pero ignoro las causas de su no aparición desde hace varios meses, nunca he pretendido indagar más que lo que me dijeron, que estaba de baja, no me gusta inmiscuirme en la vida de nadie, Tengo que referirme a buenos suplentes. Dr. Vázquez, serio pero atento y eficaz, y después las Dras. Rosa Jerez y Rosa Abajo, otro doblete de grandes cualidades para congeniar bien, en especial la segunda, pero será porque me atendió bastantes veces. La actual sustituta Silvia Gómez, todo un atractivo de combinación de sonrisa, juventud, atención, recién casada, rebosa optimismo, pero que conste que en todos estos elogios, siempre está por encima de cualquier halago la gran profesionalidad y seriedad en el modo de llevar las consultas. Y aquí llegamos al punto de partida de la inspiración y dedicación de este artículo, mi actual enfermera Sonia, toda una delicia, encima de guapa y buen porte, solo le reprocho algo el que siga sin tutearme, pero es fruto de una exquisitez de educación, aunque a mí me resulte que doy la sensación, que aunque es verdad, me hace muy mayor, por aquello del trato actual entre personas. Ella sabe de sus dotes, es segura de sí misma y además, llana y lisa, confiesa, sin rubor, como debe de ser, sus fobias y temores ante tratamientos médicos. Decir más sobre ella, que podría, sería entrar en la adulación y ya le advertí, que si un día tenía alguna opinión criticable o censurable a mi parecer, igualmente la haría, me gusta la sinceridad y por ello entiendo que, como yo me comparo a un olivo por lo retorcido que soy, si encuentro rasgos que no me parecen adecuados los denuncio, siempre intentando con ánimo constructivo y si una de mis reacciones nerviosas puedan dar pie a un síntoma de intemperancia, no me duelen prendas en solicitar las disculpas necesarias.Creo que con los comentarios que he realizado puede llegar a sobrepasar el límite de su aguante, eso sí, todo dentro del mayor de los respetos, además mi propia sicología de la vida les noto un aprecio hacia mi persona auténtico, sin falsedades.Yo, un platónico enamoradizo por excelencia, me embeleso, no ya con el físico, aunque sea importante, sino con su exquisitez y profesionalidad en el trato de todas las mencionadas, (de los varones lógicamente no voy a opinar del físico, no entra en mi forma de percepción).Gracias a todas. Mis mayores respetos y hasta por este ‘oculto medio’, me atrevo a daros un casto beso de agradecimiento.
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