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FRÍOS (27/01/06)

FRÍOS (27/01/06)

Hoy se ha despertado Madrid friolero, posiblemente el día más frío de lo que llevamos de invierno. He visto a las 7 de la tarde en un termómetro cercano a la plaza de Legazpi (zona donde vivo, la mas baja de Madrid y por tanto la de menos frío) una temperatura de 2º, esto unido a ráfagas de ventisca produce una sensación térmica de unos 7 u 8 bajo 0, según dicen los expertos. Yo, que no soy muy dado a demasiados arropamientos llevaba una camisa fina y un chaquetón anorak pero no muy protegido tampoco y además tirando a corto. Unido a que ayer me cortaron el pelo al 1, pues mi cabeza y el cogotillo han recogido bien este frío seco, viene muy bien para el resfriado. En muchos puntos de España y sobre todo en la zona norte, las nevadas han sido intensas y a la orden del día y según los meteorólogos han dicho que lo pero está por venir, aunque esto lo oí al  mediodía y a la noche se desdecían.

Dados mis años, ya he comentado en mas de una ocasión que estos fríos son naturales de la época y no excesivos comparados los que hacían no muchos años antes.

Será por la actividad industrial y los mejores medios, pero unos 35 años atrás en muchos días de diciembre y enero alcanzábamos en Madrid con facilidad los 10º bajo cero, y yo he visto en dos o 3 ocasiones lo 15º. Los estanques del Retiro y Casa de Campo eran auténticas pistas de patinaje de buen grosor. De las fuentes principales, Cibeles y Neptuno colgaban unos carámbanos, unas estalactitas, aquí  llamaban ‘ chupones ‘ que duraban durante todo el invierno.

Las casas, modestas en su mayoría, carecían de medios para calentarte, un simple brasero, a modo de fuente circulas de metal, donde se depositaban diversas clases de carbones, el mejor era el llamado de herraj, que venía de la trituración del hueso de la aceituna, al encenderlos se formaban unas montañitas a modo de volcán pequeño con su cráter y todo, ello se configuraba con una pala de hierro llamada badila que servía para remover y atizar la combustión. Este recipiente se introducía en un armazón de madera, dentro de unas mesas redondas, llamadas camillas, revestidas por una faldas de cretona y claro ahí te calentabas las piernas, pero la parte trasera del cuerpo quedaba desprotegida. Producto de estos fríos se provocaban unas hinchazones en manos y pies que se llamaban sabañones. A la juventud actual no les preguntes por esa palabreja, no está en su diccionario.

Pero el presente es el presente y hace el actual frío pero frío, aunque tenemos mejores medios de combatirlo.

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