Salud. Revisiones médicas.

Dentro de tan grave circunstancia he ido manteniendo una aparente calidad de vida. Pero claro a raíz de ahí se iniciaron controles, como mínimo, mensuales de coagulación sanguínea y regular mediante el sintrom medicamento controlador de este proceso. Este fármaco tiene múltiples interferencias con otras medicinas, alimentos e incluso el estado anímico de la persona, lo que le hace difícil situar el equilibrio que los médicos te marcan. Poco a poco se fueron sumando problemas a esta situación, triglicéridos, transaminasas, colesterol, mas o menos controlados con dietas. Reciente, mi control de glucosa, casi siempre rozando el límite ha provocado la oficialidad de la diabetes melitus, para la cual, aparte de perfiles, me han implantado un tratamiento previo de 3 pastillas diarias más. Por si fuera poco una invasiva e incipiente anemia ferropénica y para tratar la misma ya tengo cita próxima en el Hospital y me harán analítica específica.
La suma de estas circunstancias hacen que el cerebro, coco o como le queramos llamar empiece a tener obsesiones. Total y resumiendo mi agenda de citas y controles médicos es lo más parecido a la libreta de la rifada dama de los salones del siglo XIX en donde anotaba los turnos de las peticiones de los caballeros para bailar con ella.
Al paso que voy necesitaré años bisiestos de 400 días para atender tantos requerimientos o sobrarán los días del año, porque estos ya no serán necesarios. La Seguridad Social se quitaría de encima este compromiso. Eso si, en el ínterin y con la mejor intención que en ningún caso desdeño, recibiré palabras estimulantes y de aliento.
Siempre hay alguien que te quiere.
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