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Estiramientos, redondeos

Estiramientos, redondeos Según puede desprenderse del título pudiera ir a tratar de dos temas diferentes, el primero referido a ejercicios gimnásticos y el segundo a operaciones aritméticas. No, no es ese mi tema, bajo este cartel de inicio, y abarcando los dos conceptos se amparan técnicas que, aunque, para nada nuevas, han saltado con energía comercial a la palestra, consisten en quitar, poner y alisar cuerpos humanos, si en principio, se adentran mas en el aspecto femenino, dadas las normales o tendentes dosis de coquetería, poco a poco, el macho va optando a entrar en la galería de los metrosexuales (tonta palabra para definir a estos ‘narcisos’, abusadores del espejo).
No tengo referencias históricas ni me voy a preocupar de ello en cuanto al inicio de estas transformaciones estéticas o plásticas, si sé que después de batallas de las innumerables guerras en el planeta, ‘especialistas’ se afanaban en recomponer cuerpos maltrechos pero, claro, esto era para reparar lo casi irreparable, no para dejar a los mutilados como ‘sanluises’. Se hacía estas restauraciones para dotar al herido de un mínimo de funcionalidad en la zona afectada. Quien no ha visto en películas de piratería o libros al caso, los parches en ojos vacíos o de cristal, garfios en muñones para poder trincar algún objeto, patas de palo compensadoras de la extremidad perdida. Como digo eran arreglos burdos pero tenían un objetivo mantener una utilidad de la zona masacrada.
Por no extender e ir mas al grano me iré a la actualidad. Aprovechando que la cirugía plástica le lleva ventaja a la cirugía cerebral hay una invitación mediática permanente, para ello en las luminosidades de la caja tonta o en revistas a todo color nos exponen ‘bellezas’ despelotadas, mujeres ‘10’ (Bo Derek) con unas redondeces tan perfectas que para si las quisieran los balones. Arreglos rínico-nasales para quitar caballetes, ‘morros’ dignos de la mas perfecta raza negra connatural en ellos, pero que en nuestras modelos o ‘famosas de nada’, llegan a resultar grotescos, dan la sensación de un enfado permanente y no me extraña porque debe ser como un sufrimiento, debe ser horrible besar a un relleno químico y además insensible, si encima hay estiramientos faciales no te imaginas por donde esa cara podrá estallar cuando suelte una sonrisa por que no llegará a poder ni reír, no digamos fruncir el ceño.
Cuellos sin papada, ni arrugamiento alguno, cual cañerías de tubo plástico, tensos.
Siguiendo la ‘ruta’, bajamos a esos pechos que en un momento de suspiro profundo o arrebato pasional te pueden explotar en la cara, si osas estar con ella frente a los volúmenes y soltarte el ‘moco de elefante’ aprisionado en forma de tetas. Casi preferiría comerme un queso de tetilla gallego, sería mas apasionante.
Estómagos y tripas como si hubieras sido sometidos a la acción de prensas hidráulicas y los hubieran desgasificado. Culos con tacto y forma de sandía, apretados, comprimidos y redondeados, pero nuevos globos que no admitirán un trato de un recetado inyectable porque seguro estallarían y a demás de no ser así para que servirían un antibiótico o cualquier otro analgésico insuflado a una combinación química, posiblemente, tuviera reacciones inesperadas. Estiramientos de huesos de las extremidades para ganar ½ cm de estatura y eso que no faltarán tacones de aguja de 15 cms, medida que para si quisieran muchos penes (bueno aunque para estos también hay estiramientos, ya dije que este asunto no era solo cosa de mujeres). Llegamos a la zona vaginal, de esto se ha hablado algo menos, pero ya hace mucho tiempo que se practican arreglos. Tampoco hay conformismo, parece como si la mujer fuera a hacer escaparate de esta zona íntima, empezamos que si con la edad, los labios exteriores decrecen, dando paso a un asomo mayor de los interiores y entonces se podría emular un poco al colgajo de los pavos. Pero estos arreglos vaginales ya fueron tratados de diversas formas en distintas civilizaciones y pueblos primitivos y por adorno mas que nada o en base a tabúes hacían todo tipo de chapuzas.
Puestos a ello sería importante proponer el hermafroditismo, así cada cual podría autosatisfacerse en cualquier momento sin necesidad de recurrir al sexo contrario al ser poseedor de ambos situación arreglado, no creo que a eso lo llamaran incesto.
Me planteo si no sería mejor acudir al creador de Frankestein o ir, como a una casa de computadoras por elementos y solicitar ‘mire yo la quiero con belfos de camella, tetas de vaca suiza, vagina de cabra. Las mujeres dirían, pues yo quiero que tenga un pecho como los cuarterones de una puerta castellana, brazos de megagorila rasurado o peludo, al gusto y pene a ser posible de gran onagro encelado y ‘aviagrado’.
Otro recurso sería el muñeco hinchable y graduable a discreción, según el momento y para que.
La naturaleza es sabia y no creó olmos para que recogiéramos peras. Así que no le pidamos peras al olmo.
¿Somos mas sabios que la naturaleza?.
Solo justificaré la cirugía plástica por reparación, no por construcción de un ser antinatural que contenga en sus partes varias la fórmula del PVC (polivinilo) reblandecido y endurecido en su capa exterior.
Colofón: La famosa fábula, “”Dijo la zorra al busto después de olerlo, tu cabeza es hermoso pero sin seso.””
Ese sexo si que necesitaría amplias intervenciones no el otro sexo. Al pan, pan y al vino, vino.

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