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Mis soledades

Mis soledades Luis de Góngora, escritor de la escuela culterana, su obra a caballo entre los siglos XVI y XVII, coetáneo de Francisco de Quevedo, y entrambos rencillas, uno y otro puntillosos, buscándose las cosquillas con la habilidad de sus mentes preclaras y preparadas para esa ‘lucha’. Quevedo pertenecía a la escuela conceptista.
Pues D. Luis, para unos de Argote y Góngora, para otros de Góngora y Argote, el caso es que el nombre literario común es Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Félix López de Vega, llamado ‘el Fénix de los ingenios’, algo anterior a los otros dos, todos ellos escribieron “Soledades”, tantas y tantas que difícil es escoger, yo he elegido esta de D. Félix, me identifico con ella:

“” A mis soledades voy
“” de mis soledades vengo
“” porque para andar conmigo
“” me bastan mis pensamientos.
. . . .
“”Con esta envidia que digo
“”lo que paso en silencio,
””mis soledades voy,
”” mis soledades vengo.

Los cuatro primeros versos son el inicio de la copla, los cuatro últimos, finalizan la obra.
Me he convertido en Lobo Estepario, tan bien descrito por el alemán Herman Hesse, lobo solitario diría yo. No siento deseos de compañías que no me encajen. El caso es que doy una imagen diferente. En bares o locales donde acudo, soy comunicativo, eso sí, viendo si me interesa el trato, del que pueda sacar alguno conclusión positiva. Si observo necedad, algo muy común, doy un ‘respingo’ y eludo la ‘confrontación’
Por eso, estos modesto artículos los incluyo en un modesto apartado de mi Words, llamado ‘Rincones’, mi lugar favorito de escritura. En ocasiones el bar está en algarabía sonada y yo, absorto en mi rincón, me concentro en mis divagaciones. Me aíslo. Solo de vez en cuando levanto la cabeza para observar los comportamientos inmoderados que se producen en los debates sin ton ni son y porque no decirlo, para si hay alguna dama alrededor que merezca la pena observar, pero con disimulo, nunca pretendo descaro, no quiero ofender ni con la vista, tanto si va sola, como si está acompañada.
No me considero un intelectual a ultranza, pero tengo mis opiniones muy particulares que no siempre serán acertadas, pero es mi cristal de visión de las cosas, opiniones que son independientes y poco o nada influidas o presionadas. Claro tengo tendencias sociales y políticas, pero desde la observancia de evitar al máximo las hipocresías al uso. Además no me gusta debatir, saqué en conclusión hace tiempo que por mas rodeos que demos, si somos de polo opuesto, no veo que se cumpla la ley del atraimiento, se provoca enfrentamiento. Los españoles, en general, somos radicales, nada eclécticos, de sangre caliente y eso nos pierde. Aún así algunos pretenden que entres a su trapo, si me irritan demasiado los desplanto.
Me encanta la relación con la gente que entiendo es normalita, pero en dosis adecuadas, para no erosionar demasiado la relación por exceso de uso.

imagen : Lobo estepario

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