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CALLE GIL IMÓN (ARGANZUELA-MADRID)-26/02/12

CALLE GIL IMÓN (ARGANZUELA-MADRID)-26/02/12

Empezaré explicando que colaboro en el periódico digital del distrito de Madrid donde habito, se llama ARGANZUELA y es uno de los 21 en los que está dividida la capital.

Esta en la zona sur de Madrid y en ella se ubica el nuevo MADRID-RÍO, titánica obra que ha soterrado la (hoy llamada calle 30) M-30, configurando en su parte superior un amplio espacio recreativo en el que se reunen múltiples aspectos. Salas de actividades teatrales, cine, rincón de lecturas, palacio acristalado que alberga una amplísima variedad de plantas de diversas procedencias y ambientadas como en su lugar de origen.

Para mi vergüenza tengo que decir que conozco poco de tanto proceso que se ha llevado a cabo en una muy extensa ocupación variopinta.

Se inicia con la llamada CASA DEL RELOJ, lugar donde se ubica la Junta Municipal del Distrito, un estilo mudéjar muy llamativo.

Aquí se ubicó hasta hace poco el matadero municipal de Madrid. Todavía se conservan nombres como la Nave de Terneras e incluso muchas de sus instalaciones se denominan MATADERO.

Varios puentes de todo tipo cruzan el pequeño 'arroyuelo', río de Madrid, el Manzanares, de quien se hizo lectura de 'Manzanares, Manzanares, arroyo aprendíz de río'.

En este periódico que no está auspiciado por la Junta de Distrito y que es de idea de periodistas aficionados, algunos ya consumados, podemos todos colaborar contando diversidades del amplio distrito.

Si tenéis curiosidad os doy el nombre de la web, ""www.arganzuelahoy.es""", veréis entre otros mi nombre y mi foto, estoy el 2ª en el ranking de artículos publicados y para el vecindario, principalmente se escriben muchas curiosidades.

Os quiero hacer partícipes de una curiosa indagación que me llevó tiempo pero fue a petición de un invitado colaborador y me 'recreé' en búsquedas múltiples encontrando la curiosidad que observaréis de esta calle del distrito.

"""
El portillo de Gil Imón era uno de los portillos de la cerca de Felipe IV y que fue construído allá por el siglo XVII. Estaba situado al final de la calle del Rosario. Debía su nombre al fiscal de los Consejos y gobernador de Hacienda, Baltasar Gil Imón de la Mota, propietario de las casas anejas al portillo. Era un arco de medio punto con un frontispicio triangular en la parte superior.
En Madrid hay una calle llamada de Gil Imón, haciendo de travesaño entre el Paseo Imperial y la Ronda de Segovia, para más señas. Es una calle dedicada al que fue alcalde de la capital, D. Gil Imón, por los tiempos de doña Mariquita de mi corazón, cuando el duque de Osuna organizaba sus célebres bailes, a los que acudía la crema social, para poner en el escaparate familiar a lindas damitas de la buena sociedad, como oferta casadera, las cuales acudían ataviadas con su miriñaque de fino muaré. A las damitas de entonces se les aplicaba el apelativo de “pollas”, que en el DRAE llevan, como sexta acepción, figurada y familiarmente, el significado de jovencitas, algo que hoy se ignora, por mor del lenguaje, que en la actualidad se ha vuelto recio y tosco: la polla de entonces es la “tía” de ahora y las mentes malévolas sustituyen el significado antiguo por otro de morbosas connotaciones.
A lo que voy: el tal don Gil era un personaje de relieve —la prueba está en que tiene dedicada una calle— y su nombre aparecía frecuentemente en los ecos de sociedad de las revistas del corazón de la época. El hombre, después de atender a los acuciantes problemas que su cargo de alcalde comportaba, se sentía obligado a reponsabilizarse de sus deberes familiares, como buen padre. Tenía dos hijas en edad de merecer, feotillas ellas, no muy sobradas de gracejo, y… hasta un tantico tontuelas. Y se hacía acompañar por ellas a todos aquellos sitios a los que, invitado como primera autoridad municipal, tenía que acudir. Él, en su fuero interno, acudía no como primera autoridad municipal, sino como primera autoridad familiar. Tras la imponencia de unos bigotes municipales, se ocultaba un corazón de padre.
—¿Ha llegado ya D. Gil?
—Sí, ya ha llegado D. Gil y, como siempre, viene acompañado de sus pollas.
D. Gil departía animadamente con los próceres de la actualidad, y, mientras tanto, sus pollitas iban a ocupar algún asiento que descubrieran desocupado, a esperar a que algún pollo (en masculino, solía aderezarse con pera: “pollo-pera”) se les acercase, cosa siempre poco probable. Pocas veces había alguien que les dijera “hazte p’allá”, como dicen en Carrizosa.
La situación, una y otra vez repetida, dió lugar a la asociación mental de “tontuelidad” con D. Gil y sus pollas. Y cundió la especie por el “todo Madrid”, que compuso una palabra especial, castiza, nacida en Madrid y, puesta en circulación con el marchamo del Oso y el Madroño, siendo después exportada al resto de España, y ganándose a pulso el derecho de entrar en la Real Academia Española. En castellano, es usual la composición de palabras: verdinegro (verde y negro), pavitonto (pavo y tonto), coliflor (col y flor)… (¡Miá que ya hace años que D. Máximo nos enseñaba en la escuela a descomponer estas palabras!).
Antes podía decirse: bambarria, menguado, zampatortas, chirrichote, rudo, zamacuco, papanatas, tolondro, ciruelo, zote, mamacallos, mameluco, majadero, zopenco, mastuerzo, borrico, tonto, necio, obtuso, imbécil, mentecato, idiota, torpe, lelo… (Sinónimos del Diccionario Ideológico de Casares).
Pero ¿cómo describir esa circunstancia tan compleja de tontuelidad inconsciente? Decía padre Ramón que el que es tonto y lo sabe no es tonto del tó. Los imaginativos y bien humorados madrileños lo tuvieron fácil: para expresar la idea de tontuelo, tontaina, tontucio, tontuelidad integral, inconsciente —lo de con malicia o sin malicia es otra cuestión; con el tiempo, habrá de todo—. ¡Ya está! Gil (D. Gil)-y-pollas (las dos jovencitas hijas suyas) = gil-i-pollas. Estos madrileños son la releche.
A lo largo de la historia, el vocablo ha sufrido avatares de toda índole, hasta que, por fin, la RAE, haciendo gala de su lema “limpia, fija y da esplendor”, ha limpiado la palabra, la ha fijado, le ha dado esplendor y le ha dispensado digna acogida en su diccionario.
Ahí queda eso, que según dicen proviene del Profesor Tierno Galván.....""".
Espero os haya resultado interesante para mí fue muy aprovechable esta indagación.

1 comentario

carmen -

Otro articulo q me gusta, he aprendido el porque decir lo de gilipollas, ami es una palabra q no me gusta, pero no tenia ni idea de donde venia