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CONOCIMIENTOS DE URBANITAS DE CIERTA EDAD – 30/11/11

CONOCIMIENTOS DE URBANITAS DE CIERTA EDAD – 30/11/11

 

            Como diría Julio Iglesias en su canción Agua Dulce, Agua Salá.

Ay, ay, ay, ay...

Con el pasar de los años
he aprendido en la vida
que se vive intensamente
porque si no se termina.

Con el pasar de los años
el cariño es más bueno
se aprecia lo que se tiene
y se respeta lo ajeno.-

            Esto viene un poco a cuento que cuanto te vas haciendo ‘algo mayor’, los recuerdos se vuelven retrospectivos, evocadores y te sitúas muchas veces en épocas anteriores casi mejor que en la recientes.

            Años atrás, me sorprendía cuando mi abuelo me contaba cosas de niño y me hacía cruces, ignoraba si era una memoria excepcional o que otra cosa.

            Ahora ya en la década avanzada de mis 60, es cuando me doy cuenta que según avanzan los años se reviven con más claridad etapas anteriores.

            Me quiero referir a que los ‘urbanitas’ hemos tenido pocas posibilidades de vivir un mundo más natural. Veíamos ya calles empedradas, raíles de tranvías y los vehículos que mediante un trole para tomar corriente del cable les hacía posible su movimiento. En ciudades grandes como yo viví, primero y de niño Barcelona y después Madrid, pues todo consistía en lo mismo, gentes apresuradas para acudir a sus trabajos, es decir movimientos raudos y acelerados. Ya por debajo del suelo normal unos grandes túneles eran otro medio de transporte, el metro, siempre más rápido que los vehículos de superficie, al no haber atascos algo que por aquellas épocas tampoco ocasionaban  demasiadas incomodidades.

            Pero yo conocí a una especial raza de caballos que prestaban un servicio a la ciudad, eran los famosos percherones, raza de caballo proveniente del norte de Francia, ciudad de Perche, fue un cruzo de caballos árabes con los locales, tienen un peso entre los 900 y 1.200 kgs, patas cortas y fuertes y agilidad de movimiento y gran fuerza para caballo de tiro.

            Por la zona de Moncloa en Madrid, existió una fábrica de gaseosas y cervezas, ‘El laurel de Baco, tenían una flota de carruajes tirados por dos percherones que recorrían todo el Madrid existente para llevar los toneles de cerveza, en madera acombada y sujetos por unos flejes metálicos para hacerlos más consistentes. Estos barriles los descargaban los mozos que llevaban el carruaje y dado su peso los empujaban al suelo en donde situaban unos  soportes de duro respaldo, relleno de cualquier tela paja o lo que fuera para resistir el lanzamiento de tal brusco elemento rebosando la rubia cerveza que se pincharía a un alambique para con un grifo servirla en vasos de cristal, fregados a mano y estropajo y jabón.

            Caballos ya existieron tirando de tranvías pero esos los vi en documentales.

            Otro animal común era el burro con grandes alforjas rellenas de paja y donde, los botijeros vendían por las calles, dando gritos de aviso diciendo ‘el botihero’, provenían de Extremadura, carretera y manta, los había de dos tipos uno amarillo de barro más tosco y grueso y otro más fino de color rojizo, en casa era el nuestro que situada en el poyete de una ventana proporcionaba un agua que nos parecía harto fresquita.

            Un negocio, lógicamente, extinguido, era la señora mayor con su sillita y unos botijos limpios y cubiertos con paños de un blanco que ni el último ‘Ariel’el precio solía ser la voluntad y aunque voluntad pudiera haber mucha se traducía en unos céntimos que daban soporte a la vida de la señora.

            También venían afiladores de cuchillos y cosas de corte de Galicia, otro de los gritos de Madrid típicos, el borrico tiraba de una piedra esmerilada que pulía la hoja para un mayor aprovechamiento.

            Los gitanos, con sus números de cante y baile, también llevaban una escalera en donde una cornúpeta escuálida trepaba hasta el último peldaño, no llegué a ver a los osos amaestrados que también portaban.

            Y por último las vaquerías, en donde vacas bien cuidadas,  pero sin control veterinario, te ofrecían una leche para lo que llevabas un recipiente llamado cacharra. Al cocer esa leche, salía al hervir una nata espesa que si te gustaba le añadías azúcar y representaba un manjar, hoy en día las semidesnatadas, las desnatadas son como un vaso de agua con cal, casi incoloro e insípido. Otra leche se abre camino en el mercado. ¿Introductores?, cuestión fácil los chinos y es la leche de soja.

            Leches ha producido todas las hembras, ya decían que en el antiguo Egipto la emperatriz  Cleopatra se bañaba en leche de burra, pero ovejas, cabras, así como más conocidos se aplican a la producción de buenos quesos, los italianos obtienen de la búfala la mozzarella y ayer me enteré en un concurso que la canguro hembra, tiene un pecho con leche para el recién nacido y el otro da leche para el ya más curtido y próximo al destete..

            Este ha sido mi comentario sobre la fauna urbanita allá por los 50 que yo conocí.

            El primer pueblo totalmente rural que conocí, fue con once años, situado en la provincia de Valladolid, Alcazarén, donde ya vi bastantes animales utilizados para el arado, la trilla, etc, por primera vez vi bueyes, todo un acontecimiento y sorpresa pero les tenías miedo, no estabas acostumbrado a esos contactos, ya la aves de corral como gallos, gallinas, conejos, cerdos, etc fue otro descubrimiento.

            Para mi existió el huevo antes que la gallina y el chorizo antes que el cerdo. Dicen que el orden de los factores no altera el producto.

 

 

 

 

2 comentarios

Adolfo -

Gracias Carmen, a veces las vivencias antiguas resaltan parte de nuestras vidas que teníamos escondidas, me alegro que te haya gustado, a mí, aunque sea presunción, me ha parecido estupendo. Claro esto un joven, sino pone algo de interés histórico familiar le suena a que estamos ya demasiado viejos pero en una horquilla de 20 años hay bastantes asuntos similares y si algo te falta lo complementas con lo que cuenta el más mayor. Mira por donde te has enterado que tus padres te llamaban percherona, es curioso.

Carmen -

Jjajaja, la verdad es un escrito precioso y lleno0 de melancolia
Yo como soy rural nunca vi los de los percherones, el resto si, ahora despues de leerle con detenimiento me pregunto, mira tu porqur a mi de jovencilla me decian mis padres q era una percherona.
Precioso mi querido profe