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EL DÍA CABREADO-14/09/2011

EL DÍA CABREADO-14/09/2011

Alfonso Ussía.

No tengo por menos que transcribir el artículo de Alfonso Ussía, me he permitido hacer algún recorte que tenía menos interés pero he dejado, yo creo que, lo sustancial:

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El nacionalismo catalán ha celebrado de por vida, en público y en privado, «La Diada». Se entiende el mal rollo que siempre sobrevuela el acto de depositar flores en el monumento de don Rafael Casanova Comes, un ilustre abogado barcelonés, heroico defensor de la ciudad de Barcelona ante el ataque de las tropas del duque de Berwick. Aquel episodio terminó mal para los defensores de Barcelona y para don Rafael. Fueron derrotados. Pero don Rafael nunca se refirió a Cataluña. Se levantó en defensa de España, otra España, y el nacionalismo se ha inventado el tostón. No obstante, don Rafael, años más tarde de su resignación, ejerció de nuevo su profesión, le devolvieron todos sus bienes incautados y terminó sus días en Sant Boi del Llobregat rodeado de sus seres queridos. Pero el resumen es que Cataluña celebra un hecho adverso para el nacionalismo catalán, que se ha adueñado de la figura de Casanova, y esa adversidad se manifiesta en el pésimo humor y la acritud de sus celebrantes.
Todo el que no pertenezca a la facción más extrema del nacionalismo independentista, es profusamente abucheado, y se han dado circunstancias de brutal agresión física a incautos portadores de lirios, rosas y heliotropos. En la presente edición, el enfado ha alcanzado cotas casi trágicas por culpa de la sentencia que obliga a la Generalidad de Cataluña a equiparar el español con el catalán en la enseñanza. Mas se ha mosqueado una barbaridad. En el tesoro epigramático español hay una quintilla anónima escrita en la agonía del siglo XIX que se refiere a un Mas y a un Blas. «A la mujer de Mas, Blas/la visita por demás,/ y según propios y ajenos,/ para la mujer de Mas/ lo de Mas es lo de menos». Quizá un tatarabuelo del enfadadísimo. Pero lo cierto, y no escribo con intención de herida o de molestia, es que la fiesta de «La Diada» es un guateque ajeno a la alegría. Excesivo localismo soberanista. Y muy poco cordial con el resto de los españoles, que se disgustan con sobrados motivos cuando advierten que ante autoridades respetables y el máximo representante del Estado en Cataluña, el Muy Honorable Presidente de la Generalidad, se queman banderas de España, que también son las suyas, y fotografías del Rey, que es el Conde de Barcelona.
Sucede que el 12 de septiembre deja de tener importancia el desbarajuste social de «La Diada» y nadie se acuerda de lo allí acontecido. El que no tiene culpa de nada, es el abogado barcelonés, catalán y españolísimo que soporta en bronce tan clamoroso desasosiego. Cataluña, con su larga y fecunda Historia, haría bien en celebrar un hecho positivo y dejarse de comer el coco con propuestas antipáticas. A pesar de los tiempos que corren, queremos una Cataluña alegre y sonriente, con su formidable tejido social y económico, que no merece enfadarse tanto por algo que sucedió en el hueco de los siglos pasados.

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Ahora va mi parte. Precisamente ayer tarde en mi rincón y en servilletas del bar escribí ‘POLÍTICA CATALANA’ y decía así:

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Podríamos hablar de otro tipo de políticas similares pero vamos al caso. Comienzo por decir que soy procatalán, no tengo familia catalana pero quizás mis vivencias infantiles al desarrollarse en Barcelona me arraigaron, eso sí me siento español, aunque tampoco me gusta presumir de ello, nací en territorio español, Madrid, como podía haber nacido en Bostwana, la cigüeña me situó aquí y me remito al tópico tan de moda ‘ciudadano del mundo’. Pues al decir que soy español, algo que a este gobierno tiene sonrojo de decirlo en comunidades con desviaciones independentistas.

Creo que el tal Mas confunde la velocidad con el tocino porque si una sentencia otorga su sitio al castellano en Cataluña y más del 50% de los votantes catalanes manifiestan en prensa y en cartas al director de diarios. ¿A qué viene esa cerrazón de desobediencia?.

Económicamente, ahora y antes, Cataluña tiene como principal comprador de  sus productos a los españoles de otras comunidades con la ‘prima’ de que todo el IVA que generen la compra de esos productos va a parar íntegra a Cataluña. El propio Franco le brindó más que a otros sitios, solo un fallo de él o su gobierno fue la prohibición del uso público del catalán, hay que fomentar el acervo de los pueblos.

En la UE hay países muy pequeños, Luxemburgo, Liechtenstein pero con muchos años de experiencia y riqueza.

Si el resto de los españoles no compráramos productos catalanes ¿qué mercado se iban a abrir?. ¿Cuánto tiempo les costaría dar salida a sus productos?

Este tipo de políticos dañan a su propio pueblo. Un niño que solo supiera catalán que porvenir idiomático iba a tener.

No quiero dar ideas pero que el tal Mas le sugiera a Diego I el desdecidor (ZP) que le pida al Constitucional que anule esa sentencia. Y cosa resuelta y hecha para más.

Podríamos hablar similar de País Vasco y poco a poco de Galicia.
 

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