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MAYO MADRILEÑO - 24/05/11

MAYO MADRILEÑO - 24/05/11

Madrid, a pesar del amplio número de residentes, no tiene el título de ciudad, si el de villa y corte.

También llamado en términos antiguos un poblachón manchego.

Desde hace más de 500 años ha sido la residencia de los reyes es decir la Corte. De esta circunstancia consiguió muchos privilegios urbanísticos y monumentales.

Máximo exponente es la llegada al trono, en 1759, de Carlos III. Os detallo su biografía como complemento al escrito:

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Rey de Nápoles (1734-59) y de España (1759-88), perteneciente a la Casa de Borbón (Madrid, 1716-88). Era el tercer hijo de Felipe V, primero que tuvo con su segunda mujer, Isabel de Farnesio, por lo que fue su hermanastro Fernando VI quien sucedió a su padre en el Trono español. Carlos sirvió a la política familiar como una pieza en la lucha por recuperar la influencia española en Italia: heredó inicialmente de su madre los ducados de Parma, Piacenza y Toscana (1731); pero más tarde, al conquistar Nápoles Felipe V en el curso de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-35), pasó a ser rey de aquel territorio con el nombre de Carlos VII. La muerte sin descendencia de Fernando VI, sin embargo, hizo recaer en Carlos la Corona de España, que pasó a ocupar en 1759, dejando el Trono de Nápoles a su tercer hijo, Fernando IV.

Superado el «motín de Esquilache» (1766), que fue un estallido tradicionalista instigado por la nobleza y el clero contra los aires renovadores que traía Carlos III, se extendería un reinado largo y fructífero. En cuanto a la política exterior, el tercer Pacto de Familia firmado con Francia en 1761 alineó a España con Francia en su conflicto permanente con Gran Bretaña. Ello llevó a España a intervenir en la Guerra de los Siete Años (1756-63) y en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos de América (1775-83); como resultado final de ambas, España recuperó Menorca, pero no Gibraltar (al fracasar el asedio realizado entre 1779 y 1782).

A partir de entonces, las dificultades financieras obligaron a volver a la política «pacifista» del reinado de Fernando VI, mientras se ensayaban diversas mejoras en la Hacienda Real, como la emisión de vales reales (primer papel moneda) o la creación del Banco de San Carlos (primer banco del Estado).

En la línea del despotismo ilustrado propio de su época, Carlos III realizó importantes reformas -sin quebrar el orden social, político y económico básico- con ayuda de un equipo de ministros y colaboradores ilustrados como Esquilache, Aranda, Campomanes, Floridablanca, Wall y Grimaldi. Reorganizó el poder local y las Haciendas municipales, poniéndolos al servicio de la Monarquía.

Puso coto a los poderes de la Iglesia, recortando la jurisdicción de la Inquisición y limitando -como aconsejaban las doctrinas económicas más modernas- la adquisición de bienes raíces por las «manos muertas»; en esa pugna por afirmar la soberanía estatal expulsó de España a los jesuitas en 1767. Fomentó la colonización de territorios despoblados, especialmente en la zona de Sierra Morena, donde las «Nuevas Poblaciones» contribuyeron a erradicar el bandolerismo, facilitando las comunicaciones entre Andalucía y la Meseta. Reorganizó el ejército, al que dotó de unas ordenanzas (1768) destinadas a perdurar hasta el siglo XX.

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En esta biografía no se expone los beneficios que le causó a Madrid.

Creó en Madrid los Estudios de San Isidro (

Hizo hospitales públicos, servicios de alumbrado y recogida de basura, uso de adoquines, una buena red de alcantarillado. En Madrid, un ambicioso plan de ensanche, con grandes avenidas, monumentos como la Cibeles, Neptuno, la puerta de Alcalá, la fuente de la Alcachofa…, la construcción del

1770), como centro moderno de enseñanza media destinado a servir de modelo, y también las Escuelas de Artes y Oficios, que han perdurado hasta el siglo XX.jardín botánico (trasladando al Paseo del Prado el antiguo de Migas Calientes), el hospital de San Carlos (hoy Museo Reina Sofía), el edificio del museo del Prado (destinado originalmente a museo de Historia Natural).

Pues bien, este compendio de privilegios de poco nos sirve hoy en día a los madrileños y residentes, si tenemos una ciudad bonita y monumental por el gota a gota de las aportaciones de los diferentes reinados, pero carecemos de una normal calidad de vida. Prisas, distancias al trabajo, atascos de tráfico, seta contaminante cual Hiroshima después de la bomba atómica.

Luego al ser sede ministerial es centro de continuas manifestaciones de cualquier gremio y de cualquier provincia, somos el manifestódromo nacional.

Excepto para turistas y provincianos que vienen unos días a ver y a divertirse, los residentes no tenemos tiempo de ministerios ni monumentos.

He llegado a perder entre 3 y 4 horas para ir y volver del trabajo y eso dentro de la misma ciudad.

Solo Barcelona y, luego en menor escala Valencia, Sevilla y Málaga tienen también bastantes incomodidades de residencia.

En capitales de provincia inferiores a los 200.000 habitantes, tienen el privilegio de poder comer todavía productos hortícolas sin químicas y buenas carnes, aquí dependemos de lo que nos llega a los mercados, etc.

Pues quería hablar sobre el MAYO MADRILEÑO porque se inicia con festividad de la Comunidad el día 2 de mayo, el día 15, San Isidro Labrado, curiosamente con este oficio patrón de la gran urbe, ello implican verbenas, diversas celebraciones y destacan las corridas de toros, éstas, durante casi un mes y remata con el inicio hoy de la Feria del Libro, en el paseo de Coches del Retiro.

Se dice que durante las corridas de toros y en la feria del libro, agua segura, es verdad pero no es que estos acontecimientos llamen a la caída de aguas o tormentas, sino que el mes de mayo en Madrid es muy proclive a esta tipo meteorológico.

Todas estas manifestaciones festeras, en amplio abanico a mí me sobran, ni desde pequeño fui aficionado a las verbenas, ni actos multitudinarios. A corridas de toros asistí en mi vida a 6 y ello por la circunstancia comercial de mi trabajo bancario.

Sí practiqué más la feria del libro, los volúmenes legibles siempre me apasionaron, compré muy poco porque hay una feria permanente en Madrid entre la puerta de Atocha y una entrada al parque de retiro que se llama la Cuesta Moyano y está llena de casetas de libros, nuevos o de segunda mano y siempre a buenos precios.

Bien pues con esto concluyo mi dedicación negativa o positiva a Madrid.

 

 

2 comentarios

Adolfo -

Me gustan tener algún comentario aunque discrepen, yo solo doy mis opiniones que no quiere decir que sean las más acertadas.
Gracias Carmen.

carmen -

Un articulo bien interesante y a la vex aneno, he podido recordar algo de historia, tema q me apasiona apesar de no estar muy metida en ello
Creo q ha sido algo positivo para su ciudad mi querido maestro
En mi humilde opinion un Sobresaliente