LA ESPINELA – 19/03/11

 Título, aparentemente, chocante. Para mí, lógicamente, tiene su porqué. Trataré de explicarlo. No soy un experto en nada y, claro, tampoco en métrica poética pero proviniendo de un bachillerato antiguo, sin tanto nombre de siglas, Logse, Lagse, Ligsi, Logso o Lugsu, era un sistema más completo. Ese bachillerato yo lo inicié con 9 años, en septiembre de 1953, duraba 6 años, en dos etapas, el ‘elemental’ de 4 años, revalidando y el superior, dos años más y volviendo a revalidar. Los cuatro primeros años eran comunes para todos, los dos restantes, el ‘superior’, debías elegir, ‘ciencias o letras’, habían asignaturas comunes pero otras no. Yo, me decanté por las ‘ciencias’ porque en letras existían latín y griego. El latín era obligado en 3º y 4º y ya lo había probado, no era una asignatura con la que me llevaba, especialmente, bien y eso que como empollón de codos y memorístico me aprendía textos en latín y sus traducciones, todavía me acuerdo de las ‘Elegías’ de Ovidio, pues hasta conseguía sobresalientes. Mi chuleta estaba en mi cacumen almacenada. Pues la espinela o décima, como su segundo nombre expresa, es una composición poética de diez versos octosílabos y, aunque no fue el primero en componerla, Vicente Espinel, a finales del siglo XVI, la extendió y hoy en día hasta un mal estudiante, si conoce algún verso recuerda parte de la que en las primeras décadas del siglo XIX, Espronceda, escribió una épica llamada ‘La canción del pirata’ Esta mañana en la plata azul mediterránea, como yo denomino a la balsa tranquila de enfrente de mi terraza, veleros sigilosos se abrían paso y veían España cerca e imaginaban a Marruecos en la otra orillo, relativamente, muy próxima, a diferencia del capitán pirata que veía Asia un lado al otro Europa. Pues la fina y aguda proa de estos veleros con dos tripulantes y 10 0 12 personas, disfrutaban de esa placidez marina acompañado del ritmo de los rayos solares. Placer sencillo y gratificante. Mis ojos, como curiosas cámaras de vídeo han grabado para mis recuerdos la estampa.