MUJERES, HOMBRES, MATRIMONIOS – 27/05/10

 Sobre la tercera palabra del título, en principio y por la fuente de inspiración surgida en ese instante, iba a hablar de matrimonios que pasan de las ‘bodas de plata’ pero, he recapacitado, tal como están las cosas hoy en día, se puede hablar de matrimonios en general ya que los hay que duran menos ‘que un telediario’.

Ignoro las ganas de casarse, aunque ya muchos son prácticos y tal como se lo han puesto las leyes, no se casan, o conviven juntos o lo hacen por matrimonio civil, más fácil de deshacerse.

Pero algo tradicional sostiene que las bodas por la iglesia se siguen realizando incluso a un no siendo muy practicantes o nada pero, quizás por el hecho de agradar a los padres, así se realizan y otros porque lo hacen convencidos, total que sigue funcionando lo tradicional.

Pues me acaba de surgir, en mi rincón de actividades del Bar Montuirí, una cosa muy curiosa que me ha inspirado este relato real presenciado y oído por mí.

Los jueves sobre las 19:15, dos matrimonios se reúnen en la mesa contigua a la mía. Con ellos, al vernos ya desde hace tiempo han surgido comentarios de una y otra parte, siempre en plan jocoso. Según he oído hoy, precisamente, aunque los representa los que me parecían algo más mayores, así era, el ha delatado que nació en la guerra, con lo cual unos 6 años más que yo, los otros, son más o menos de mi quinta. Es decir todos talluditos.

Se ha dado algo muy curioso, siempre vienen juntos, hoy han llegado primero ellos, sin mujeres. Les pregunto:

Yo: ¿Os han dejado libres?

Ellos: No  ahora vienen.

Yo: No viene mal estar, un rato, solos.

Ellos: Si pero muy poco, nada más que tenían que comprar unos regalos que quieren hacer a los profesores de los cursos que hacen en la Junta de Distrito, cosa que parece una chorrada porque, aunque dicen que ellos no cobran nada, ellas poco o mucho pagan por apuntarse a talleres.

‘5 minutos’, siguen si venir, les oigo decir ¡coño! ¿Dónde se habrán metido, si solo iban a eso?

 

’10 minutos’, continúan igual, ‘¡Esto nos es normal, si solo iban a eso!’

(Yo, maquiavélicamente, me reía en mi interior y me dije, parece mentira que a sus años no sepan como funciona esto, pero callado, no me gusta ‘meter caña’)

 

’15 minutos’, igual, observo cierta desesperación e inquietud, los nervios les afloran, no hace más que mirar a la puerta, el que está más fuera ya se ha asomado dos veces a la calle. Se miran, expresiones intercambiadas de indignación.

 

’20 minutos’ por fin, aparecen las señoras, yo ya intuía como iba a acabar el tema, ¿la culpa?, de ellos, no tienen paciencia y compran muy rápido, esta es su respuesta a una leve insinuación de ellos.

Ellos terminan agachando las orejas, el rabo en el culo y colorín colorado…

         Novela costumbrista, me he referido textualmente a lo ocurrido. Tiene su gracia pero así es la vida matrimonial de mayores y de jóvenes.