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DE NUEVO PROTAGONISMO – 03/03/10

DE NUEVO PROTAGONISMO – 03/03/10

Me molesta bastante y, no es mi intención ser actor principal de mis relatos pero, sin pretenderlo y, desagradablemente, para mí, “doy mucho de sí”. No quiero parecer la mayor víctima pero, cada uno se queja de sus dolencias, con mayor o menor protagonismo e intensidad.

Es una manera sencilla de poner al día mis ‘estados carenciales, como tituló Ángela Vallvey Arévalo, nacida en San Lorenzo de Calatrava (Ciudad Real) y ganadora del Premio Nadal 2002 con ese libro LOS ESTADOS CARENCIALES, aunque tiene una extensa bibliografía y colabora en diarios como LA RAZÓN y en revistas culturales y en RNE. Pues bien para mí, estas situaciones e insuficiencias provienen de mí agusanada salud, cual manzana de buen aspecto o presencia, pero solo es apariencia. Me suele decir, la mayoría de las personas, que aparento hasta 10 años menos de los que tengo, pero hay lo que hay, como cualquiera, y los míos son 65.

Dos operaciones, una de angina de pecho con incorporación de válvula aórtica metálica desde el 31 de diciembre de 1996, buena despedida del año, en la UVI, otra el 3 de febrero de 2007, de rotura y explosión del colon, donde le dijeron a mi mujer, la noche anterior, que si conseguían sostenerme hasta el día siguiente, cosa que no confíaban, tratarían de operarme y 9 días de UVI, 25 días de hospital, bolsa de defecación en el frente del vientre, esta llevada durante 8 meses, con cambios diarios 2 ó 3 veces y cambio de placa adhesiva cada 3 o 4 días, labor que llevó a cabo mi mujer y muy dolorosa, porque la pegadura a la piel fina de esa zona, era de martirio, saltándose las lágrimas y con minucia para que no se despegara.  Posterior operación  para cerrar el hueco abierto para el hartman (nombre con el que denominan técnicamente a la dichosa bolsita. Y aquí estoy ‘aguantando los machos’, mi mujer me llama extraterrestre.

Mañana 4 de marzo me hacen mis sexta colonoscopia y cada día las llevo peor, no me anestesian, solo me sedan algo pero el efecto me lo hace dos horas después de realizada la excursión con la lamparita introducida por el ano, recorriendo las curvas del intestino, en tramos de hasta dos metros que parecen un circuito complicado de automovilismo o motorismo.

Conclusión, terminaré aprendiendo terminología médica, pero yo de cobaya y, menos mal, que no soy hipocondríaco, sino sería tremendo.

Hasta otra. No os puedo prometer que no os vuelva a ‘aburrir’ con mis artes de primer actor de quirófanos.

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