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MARÍA SAN GIL Y LA DERECHA REVERSIBLE - TOMÁS CUESTA - ABC - 21/06/08

MARÍA SAN GIL Y LA DERECHA REVERSIBLE - TOMÁS CUESTA - ABC - 21/06/08

Como tantas veces antepongo artículo del periodista para luego una mejor interpretación a mi comentario:

21/06/08 – MARÍA SAN GIL Y LA DERECHA REVERSIBLE

TOMÁS CUESTA

LA enmienda más rotunda a la derecha reversible que han puesto de largo en la pasarela de Valencia es la que ha presentado la señora San Gil al no haberse presentado en el congreso. «Tutto questo fa schifo. Non parole. Un gesto», anotó Pavese en su diario cuando se despidió del mundo y sus miserias. Y María San Gil, lo mismo que el poeta, ha dicho todo lo que tenía que decir sin levantar la voz y sin descomponer el gesto. Sin airear, siquiera, que «fa schifo» lo que se ha hecho con ella. O sea, que da náuseas, por expresarlo suavemente. La mujer indomable que convirtió el dolor en el más sólido alegato frente al miedo; la que jamás puso los pies en la tibieza; la que ha plantado cara a los matones y ha mirado a los ojos a la muerte; simplemente María, la sonrisa y el fuego, es un modelo que no encaja en la nueva colección otoño-invierno. La moda de la derecha reversible pretende desterrar las transparencias y María San Gil es tan diáfana que no sabe fingir lo que no siente. «Non parole. Un gesto». Quien quiera entender, que entienda.

Sólo Esperanza Aguirre ha denunciado sin tapujos las turbias maniobras de acoso y ninguneo que han puesto a San Gil en el disparadero. María es mucho arroz para los pollos peripuestos que pululan por Génova. Demasiadas cornadas lleva encima para dejarse empitonar por un ternero. Y, sin embargo, la han vencido; o, mejor, la han vendido, al no poder vencerla. La han puesto a barato los brujos de la tribu, los traficantes del poder, los que cargan los dados y los que amañan la ruleta. Decía Albert Camus que en la tragedia griega el que tiene razón es el que paga el pato siempre: Orestes, Edipo, Prometeo... Aunque, a la postre, todos, con razón o sin ella, se acaban encontrando en los infiernos. Pero María San Gil, tras protagonizar el drama, ha dejado a los dioses compuestos y sin presa alterando el guión de esa teofanía levantina en la que los levantiscos huelgan. Como Moisés se ha ido a por tabaco y, de momento, ni está ni se le espera, los enanos se crecen y los ratones hacen fiesta. El becerro de oro exige que le adoren con fervor inequívoco, con absoluta entrega, y los que ahora creen (mañana, ya veremos) dudan entre apostar por la fe del converso o envidar la hacienda a la del carbonero. Y, mientras, a tragar, a anudarse el babero, y ésta por tito Camps, ésta por Gallardón, está por el primito Arenas, y, ¡hala!, a dejar el plato igual que una patena. Los disidentes, por su parte, disimulan, se acompañan mutuamente en el disentimiento, y hacen suyo aquel consejo machadiano que constituye un modelo de estrategia: «Sabe esperar, aguarda que la marea fluya/ -así en la costa un barco- sin que el partir te inquiete./ Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;/ porque la vida es larga y el arte es un juguete». Porque lo del PP, según como se mire, en lugar de un problema es un poema. Cómo estará la cosa que hasta los versos sueltos hoy son versos capados y respetan la métrica.

María San Gil -que hizo filología bíblica y maneja el latín, el griego y el hebreo- ha sido el Azazel, el chivo expiatorio, de la derecha reversible, la ofrenda que inaugura sus tejemanejes. Si alguien -el que sea, llámenle equis y toquemos madera- cae en la tentación de que alcanzar el fin justifica los medios, los símbolos morales han de ser alejados del terreno de juego. Es mera cuestión de método: la dignidad es un obstáculo que entorpece el proceso. Y es Kafka -que desnudaba la política con una lucidez profética- el que nos sopla la respuesta precisamente en un pasaje de «El proceso»: «La condena no es un golpe fulminante, es el procedimiento el que pasa, poco a poco, a ser la auténtica condena». María San Gil, a la que nadie ha condenado, ha caído en las garras del procedimiento. «Tutto questo fa schifo. Non parole. Un gesto». Únicamente un gesto.

Mi comentario:

A María San Gil, nadie le ha vencido, han sido ella y Ortega Lara los vencedores. Ella (y por extensión) es la vencedora, valiente, osada afrontando los riesgos de su cáncer y de otros cánceres macabros como el de ETA, ser profeta en su tierra es labor, francamente difícil, ella ha superado todo. Solo le faltaba ya una metástasis en su partido que ahora muchos lamentan, una vez tirada la piedra y escondida la mano.  María tu eres la mejor y tu compañero Ortega Lara, un Cid Campeador y en premio os dan puerta. No es que solo critique al PP del que, por cierto, soy votante, sino que a otra campeona de signo político opuesta, la brava Rosa Díez, le ha ocurrido lo mismo en PS.... ¿Qué pasa que se ponen de acuerdo para reciclar lo que mejor tienen, porque no se reciclan muchos de los que están en la cima que lo merecerían bien? Tantos ministros y ministras de escaso potencial, de error continuo y eso empezando por el Sr. Rodríguez, el valido del dictador Fidel Castro ¿cuánto partido tiene que sacar de ello, como ya sacara en sus tiempos el Sr. González.

Pues ¡olé, vuestros ovarios! Unios, me haréis pensar y mucho en mi próxima papeleta de urna.

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