Blogia
ofloda

LOS SIN PARTIDO - ABC - EDUARDO SAN MARTÍN - 25/05/07

LOS SIN PARTIDO - ABC - EDUARDO SAN MARTÍN - 25/05/07 Resulta curioso, y ya lo he manifestado en otras ocasiones, que artículos como este, escritos hace cerca de un año, tengan plena vigencia y, en estos momentos, hasta casi más aplicable que cuando el columnista lo publicó. Por entonces, yo escribí mis comentarios pero, como tantos y tantos que tengo sin publicar. se qudó en una cola interminable que, poco a poco y tratando de vencer mi pereza, aparte de otras vicisitudes personales, irán saliendo a la luz.Como siempre suelo realizar, y más en estos momentos que el artículo hace tiempo que está escrito, pero del que guardo copia lo envío para una mejor comprensión global a su columna y mi posterior comentario. Dice así el escritor:“”EDUARDO SAN MARTÍNES menos malo agitarse en la duda que descansar en el error. Mi registro no guarda memoria del autor de la frase, pero da igual; lo que importa es la vigencia de la reflexión. Sobre todo en vísperas de la jornada de lo mismo. En España, los partidos descansan bastante y se agitan poco. Se mueven perezosamente a golpe de certezas, de esas que uno puede obtener en el espejo de la madrastra de Blancanieves; y se resisten a dudar de ellos mismos, por si llegan a conclusiones menos complacientes. Está en la naturaleza de lo que hoy llamamos partidos, de esas organizaciones endogámicas cuyas cúpulas, como denunciaba Popper al final de su vida, se han convertido en la clave del arco de la paulatina degeneración del sistema representativo.En la línea de meta de una nueva campaña electoral, apenas dos acontecimientos merecen reseña aparte: el primero, que Batasuna y sus franquicias han celebrado con una exhibición de matonismo tabernario, como era de esperar, la generosidad de la Fiscalía/Gobierno y su segura vuelta a las instituciones; y segundo, que las encuestas apenas se han movido, algo que tampoco es ninguna sorpresa. Sobre el primero de los asuntos, me sumo a las palabras de quienes han escrito en este mismo periódico desde su experiencia de víctimas de los pogromos nacionalistas. En cuanto al segundo, dejo en el papel algunas de las preguntas que, creo yo, deberían hacerse los partidos en estas horas, también de reflexión para ellos, si se decidieran a romper el espejito que les devuelve la imagen de su propia complacencia.En el PP tendría que interrogarse, por ejemplo, cómo es posible que en los últimos meses no hayan distanciado al PSOE en los sondeos si su análisis sobre la infausta gestión del Gobierno en asuntos como la organización del Estado o la política antiterrorista concuerda con la realidad, y millones de ciudadanos así lo creen. ¿Qué inhibe aún a muchos españoles desafectos con el Gobierno a dar su voto a la oposición? Es cierto, como escribía Martínez Gorriarán en su Tercera del miércoles, que «la sociedad española no brilla por su alto nivel de exigencia democrática o por su conciencia ciudadana». Pero esa insuficiencia no lo explica todo. La respuesta cabal, lo saben Rajoy y sus gentes, habrá que buscarla dentro del propio partido.Los dirigentes del PSOE deberían preguntarse, a su vez, cómo a estas alturas pueden estar empatados con una oposición «que no ha sabido aceptar su derrota electoral», que ha perdido más de un año enredando (o dejándose enredar) con el 11-M, que «difunde el pesimismo por toda España» y que, en el argumentario de una cierta izquierda española, sólo puede considerarse democrática en un sentido figurado del término. Sobre todo, si el Gobierno no tiene nada de qué arrepentirse, está tan seguro de haber «ampliado los derechos» de los españoles, abomina de la guerra para dialogar con las civilizaciones y presenta una impecable hoja de servicios en el terreno de la economía. Cualquier otro Gobierno, en esas circunstancias, habría dejado en la cuneta a sus opositores hace tiempo. La explicación más tentadora es hablar de manipulación de sentimientos, sobre todo en el asunto de ETA. Pero eso significaría considerar estúpidos a los ciudadanos españoles; los mismos que, sin embargo, habrían votado con «absoluta libertad» el 14 de marzo de 2004. Si entonces se hubiesen resistido a cualquier manipulación, ¿por qué ahora no? Esos mismos ciudadanos merecen otra respuesta.Hay, finalmente, una pregunta que deberían formularse ambos a propósito de la plataforma política impulsada por un grupo de intelectuales y antiguos cargos socialistas. Se trata de la primera vez que la disidencia de la izquierda crítica española llega al extremo de abjurar del voto a su partido de referencia. Pero no hasta el punto de otorgar su confianza a la única alternativa posible al PSOE. Con independencia de la suerte que pueda correr el partido que propugna el grupo de Savater, la interpelación a los dos partidos mayoritarios que se desprende de tal iniciativa es compartida por cientos de miles de ciudadanos. Muchos de ellos se quedarán este domingo en casa a la espera de opciones mejores.””

Bien ahora viene mi comentario pero, como se verá tras leer el artículo no solo no ha quedado desfasado sino que ha ganado en actualidad. Más o menos y, a pesar de los continuos tropezones y errores gubernamentales, los derechistas, se han acercado algo pero, deberían de ostentar ya la mayoría absoluta antes de las elecciones, más que por méritos propios, por las continuas y contundentes decisiones erróneas de los del banco azul y su partido y, bueno, sus ‘brillantes socios’ de todas las calañas, categorías y variopintas ideologías, da lo mismo, comunistas, que gays y lesbianas, que ‘absurdos intelectuales del cine, teatro y canción, nacionalistas acérrimos con tendencias independentistas, asesinos radicales con métodos ‘explosivos y atentatorios’. Es como uno de esos chinos del ‘todo a cien’, tienen de todo pero somos tan contumaces y tercos los españoles que muchos van a preferir el absentismo electoral a depositar en la urna el papelito a favor del partido de la oposición, aunque ofrezcan mejor programa y mayores prestaciones, como ya lo demostraron en los 8 años anteriores, donde ese ‘hosco y antipático Presidente’, nos llevó de verdad al Estado de Bienestar, pero no de boquilla, sino con hechos.

Hay millones de socialistas que, aún a sabiendas de lo que está ocurriendo, van a seguir obstinados en su error, votar al contrario, para un ciudadano, no es cambiar de chaqueta ni síntoma de profuguismo, sino de conveniencia personal que es la ley que nos debemos aplicar. Pero ellos continuarán apoyando los desaciertos de su líder y componentes de su gobierno. La señora vicepresidenta, yo le llamo la ‘bombera’ pero no como despectivo ¡bendito cuerpo este que tanto nos protege exponiendo su vida!, Si no porque ella ha tenido que ser la corta y apaga fuegos de tanto incendio político. No ha habido ministerio que se haya librado de soltar ascuas incendiarias contra el pueblo español pero, estos tipos, los conozco a cientos, callan en los bares al carecer de razonamientos, pero ante todo facilitar a los inútiles el cetro del poder.

  Imagen : Urna electoral

0 comentarios