Como suelo hacer en muchas ocasiones y con el fin de que mis escasos lectores tengan que buscar el artículo al cual hago comentarios y valoraciones, a continuación escribo previo como venía el editorial, con el mismo título del que yo saco, posteriormente, mis conclusiones.El Editorial reza así:“”Reforma electoral conveniente14-7-2007 07:42:34PRIMERO fue la rebaja de los impuestos y ahora se trata de la reforma de la Ley Electoral. Lo cierto es que Mariano Rajoy está anticipando algunos elementos básicos del programa del PP, lo que demuestra que -a pesar de los intentos de Zapatero de mantenerla con vida- la legislatura actual está ya agotada a efectos políticos. El líder de la oposición ha dicho en Galicia que dicha reforma es una «prioridad» y ha puesto como ejemplo a esa misma comunidad autónoma como falta de respeto a la voluntad de los ciudadanos: el PP saca 10 puntos de ventaja al PSOE y 20 al BNG, y sin embargo estos dos partidos gobiernan en coalición. Las recientes elecciones locales y autonómicas han puesto de manifiesto esta grave distorsión del sistema. No se trata sólo de que beneficie o perjudique a un partido o a otro en función de su capacidad para llegar a acuerdos post-electorales. Lo realmente grave es que la opinión pública contempla entre la perplejidad y la indignación esta falta de respeto al resultado de las urnas, con grave daño para la legitimidad del Estado democrático. Hay partidos minúsculos que sacan una gran rentabilidad de un escaso número de votos para obtener cuotas de poder que no les corresponden. El caso de Baleares es tal vez el más exagerado, pero no es el único. En la práctica, algunas formaciones políticas sacan a subasta sin pudor alguno el apoyo de sus concejales o representantes autonómicos, y están dispuestos a aliarse con el que más ofrezca, incluso en algún caso para promover operaciones de dudosa legalidad.Rajoy acierta en el planteamiento político del asunto, si bien su articulación técnica es muy compleja. En el ámbito nacional, establecer la regla de que gobierne quien más escaños o votos consiga exige una reforma constitucional y, en todo caso, cualquier modificación del sistema electoral implica cambiar la LOREG, norma con rango de ley orgánica y que requiere por ello la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. En el ámbito autonómico, haría falta retocar los estatutos, cuya modificación es particularmente compleja. El marco natural de la propuesta sería, sin duda, la legislación de régimen local, puesto que en muchos ayuntamientos se producen verdaderos fraudes a las preferencias electorales de los vecinos. En todo caso, el problema no está sólo en las leyes, sino sobre todo en la voluntad de los dos grandes partidos nacionales para frenar la influencia excesiva de los nacionalistas y otros grupos minoritarios. Un pacto público y solemne en favor de la lógica democrática -es decir, que la mayoría gobierna- produciría el mismo efecto que una reforma legal. El líder del PP ha expresado ya su disposición a cambiar las cosas. Sin embargo, es de temer que Rodríguez Zapatero no quiera saber nada del asunto y siga buscando aumentar su poder territorial basándose en pactos interesados y oportunistas, aunque sea en perjuicio de la voluntad real de los ciudadanos.””””Hemos cumplido, recientemente, 30 años de aparente convivencia compatible en donde un caballero, desgraciadamente, hoy en día, ‘ausente mental’ ha intimado con el Sr. Alzheimer y al que, ingratos de nosotros, no hemos sabido valorar y agradecer y adecuadamente sus méritos. Su nombre ADOLFO SUÁREZ. Encima más de un ‘rogelio’, que decía el meritorio Campmany, ha llegado hasta a denostar, cuando bajo su mandato y auspicios les dio entrada en la tarta que se estaba cocinando en las reposterías nacionales y todo tipo de participación. Sí, fue un camisa azul, Secretario Nacional del Movimiento, pero cuantos ‘rogelios’, hasta ocupando cargos ministeriales no cambiaron el Cara al Sol por la Internacional, bajo el cartel de “SE CAMBIAN CHAQUETAS Y TRAJES E INCLUSO SE HACEN A MEDIDA, PASEN Y VEAN”. Pues entre personajes buenos y malos llegaron a un acuerdo para dictaminar una Constitución sin título como la Pepa de 1812, pero le podían haber puesto la Incolaza (6 de diciembre san Nicolás de Bari), claro los ‘rogelios’, no estaban interesados en bautizos. Fue una Constitución relativamente avanzada. Los españoles en nuestra soberbia y envidia pensamos en que superamos en este articulado al Reino Unido, a Francia, a USA. Bien, entandamos que hubo un importante avance, se consiguieron bastantes logros, pero no atinamos con el seguimiento del sistema electoral.Tenemos el ejemplo que en una Comunidad Insular, para derrocar al PP, ganadores absolutos, se han llegado a juntar hasta 5 partidos de ‘alimañas ávidas de poder y escaño’, de nada a servido a la superioridad firme de los Populares o peperos. Entre esos 5 grupúsculos, algunos, no se puede ni ver, pero con tal de pensar siempre en el fantasma de Franco, imbuidos por los ‘rogelios’ de mayor cotización, esos que no son ni socialistas, ni obreros, ni españoles, pero que se juntan aunque sea con Al Qaida para coger las concejalías de Fomento y Construcción, donde la Bolsa ha dado tan buenos resultados.Estas ‘uniones legales’ por falta de realidad hacen todo lo posible por enganchar y trepar a costa de quien sea. Hasta en algún Ayuntamiento se ha jugado el puesto a cara o cruz. ¿No es vergonzoso el sistema?. ¿No se sonrojan Vds?. Bueno a algunos no les hace falta sonrojarse, es el color de su talla política. Debería de instaurarse alguna época que respete a los ciudadanos que, en mayoría, han votado a un partido. Si el sistema a una vuelta no satisface, se hace a dos, como en Francia, incluso a tres si es necesario, eliminando las malas hierbas del camino.
Como suelo hacer en muchas ocasiones y con el fin de que mis escasos lectores tengan que buscar el artículo al cual hago comentarios y valoraciones, a continuación escribo previo como venía el editorial, con el mismo título del que yo saco, posteriormente, mis conclusiones.El Editorial reza así:“”Reforma electoral conveniente14-7-2007 07:42:34PRIMERO fue la rebaja de los impuestos y ahora se trata de la reforma de la Ley Electoral. Lo cierto es que Mariano Rajoy está anticipando algunos elementos básicos del programa del PP, lo que demuestra que -a pesar de los intentos de Zapatero de mantenerla con vida- la legislatura actual está ya agotada a efectos políticos. El líder de la oposición ha dicho en Galicia que dicha reforma es una «prioridad» y ha puesto como ejemplo a esa misma comunidad autónoma como falta de respeto a la voluntad de los ciudadanos: el PP saca 10 puntos de ventaja al PSOE y 20 al BNG, y sin embargo estos dos partidos gobiernan en coalición. Las recientes elecciones locales y autonómicas han puesto de manifiesto esta grave distorsión del sistema. No se trata sólo de que beneficie o perjudique a un partido o a otro en función de su capacidad para llegar a acuerdos post-electorales. Lo realmente grave es que la opinión pública contempla entre la perplejidad y la indignación esta falta de respeto al resultado de las urnas, con grave daño para la legitimidad del Estado democrático. Hay partidos minúsculos que sacan una gran rentabilidad de un escaso número de votos para obtener cuotas de poder que no les corresponden. El caso de Baleares es tal vez el más exagerado, pero no es el único. En la práctica, algunas formaciones políticas sacan a subasta sin pudor alguno el apoyo de sus concejales o representantes autonómicos, y están dispuestos a aliarse con el que más ofrezca, incluso en algún caso para promover operaciones de dudosa legalidad.Rajoy acierta en el planteamiento político del asunto, si bien su articulación técnica es muy compleja. En el ámbito nacional, establecer la regla de que gobierne quien más escaños o votos consiga exige una reforma constitucional y, en todo caso, cualquier modificación del sistema electoral implica cambiar la LOREG, norma con rango de ley orgánica y que requiere por ello la mayoría absoluta en el Congreso de los Diputados. En el ámbito autonómico, haría falta retocar los estatutos, cuya modificación es particularmente compleja. El marco natural de la propuesta sería, sin duda, la legislación de régimen local, puesto que en muchos ayuntamientos se producen verdaderos fraudes a las preferencias electorales de los vecinos. En todo caso, el problema no está sólo en las leyes, sino sobre todo en la voluntad de los dos grandes partidos nacionales para frenar la influencia excesiva de los nacionalistas y otros grupos minoritarios. Un pacto público y solemne en favor de la lógica democrática -es decir, que la mayoría gobierna- produciría el mismo efecto que una reforma legal. El líder del PP ha expresado ya su disposición a cambiar las cosas. Sin embargo, es de temer que Rodríguez Zapatero no quiera saber nada del asunto y siga buscando aumentar su poder territorial basándose en pactos interesados y oportunistas, aunque sea en perjuicio de la voluntad real de los ciudadanos.””””Hemos cumplido, recientemente, 30 años de aparente convivencia compatible en donde un caballero, desgraciadamente, hoy en día, ‘ausente mental’ ha intimado con el Sr. Alzheimer y al que, ingratos de nosotros, no hemos sabido valorar y agradecer y adecuadamente sus méritos. Su nombre ADOLFO SUÁREZ. Encima más de un ‘rogelio’, que decía el meritorio Campmany, ha llegado hasta a denostar, cuando bajo su mandato y auspicios les dio entrada en la tarta que se estaba cocinando en las reposterías nacionales y todo tipo de participación. Sí, fue un camisa azul, Secretario Nacional del Movimiento, pero cuantos ‘rogelios’, hasta ocupando cargos ministeriales no cambiaron el Cara al Sol por la Internacional, bajo el cartel de “SE CAMBIAN CHAQUETAS Y TRAJES E INCLUSO SE HACEN A MEDIDA, PASEN Y VEAN”. Pues entre personajes buenos y malos llegaron a un acuerdo para dictaminar una Constitución sin título como la Pepa de 1812, pero le podían haber puesto la Incolaza (6 de diciembre san Nicolás de Bari), claro los ‘rogelios’, no estaban interesados en bautizos. Fue una Constitución relativamente avanzada. Los españoles en nuestra soberbia y envidia pensamos en que superamos en este articulado al Reino Unido, a Francia, a USA. Bien, entandamos que hubo un importante avance, se consiguieron bastantes logros, pero no atinamos con el seguimiento del sistema electoral.Tenemos el ejemplo que en una Comunidad Insular, para derrocar al PP, ganadores absolutos, se han llegado a juntar hasta 5 partidos de ‘alimañas ávidas de poder y escaño’, de nada a servido a la superioridad firme de los Populares o peperos. Entre esos 5 grupúsculos, algunos, no se puede ni ver, pero con tal de pensar siempre en el fantasma de Franco, imbuidos por los ‘rogelios’ de mayor cotización, esos que no son ni socialistas, ni obreros, ni españoles, pero que se juntan aunque sea con Al Qaida para coger las concejalías de Fomento y Construcción, donde la Bolsa ha dado tan buenos resultados.Estas ‘uniones legales’ por falta de realidad hacen todo lo posible por enganchar y trepar a costa de quien sea. Hasta en algún Ayuntamiento se ha jugado el puesto a cara o cruz. ¿No es vergonzoso el sistema?. ¿No se sonrojan Vds?. Bueno a algunos no les hace falta sonrojarse, es el color de su talla política. Debería de instaurarse alguna época que respete a los ciudadanos que, en mayoría, han votado a un partido. Si el sistema a una vuelta no satisface, se hace a dos, como en Francia, incluso a tres si es necesario, eliminando las malas hierbas del camino.
0 comentarios