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TODO SOBRE NAVARRA, SEGÚN BUENA PLUMA

TODO SOBRE NAVARRA, SEGÚN BUENA PLUMA En estos días hemos entrado en el devaneo de las manifestaciones. Nunca me gustaron las manifestaciones. ¿Qué quieren demostrar?. ¿Lo que a unos les gusta y a otros no les gusta?. Si las manifestaciones son para actuar y para demostrar que todos unidos, pero todos, me refiero a izquierdas, derechas, centro, apolíticos, etc están en contra de grupos asesinos que, bajo una falsa excusa de independentismos de su pueblo, reniegan de raíces históricas que provienen de mínimo 1000 o puestos a decir miles de años anteriores. Es bonita la diversidad de un país. Tradiciones, costumbres, culturas, idiomas, gastronomía, arte y demás temas que me pueda dejar en el tintero pero, eso sí, dentro de una gran nación, patria o como le queramos llamar pero sin avergonzarnos. Los símbolos, hace milenios se inventaron, banderas, himnos, etc. Cada pueblo, provincia, región, puede tener su propia identidad, pero esto es como en gastronomía, la receta tiene un nombre y si decimos, por ejemplo fabada  o paella o puchero o merluza, etc, todo ello con apellido, ‘ a la tal o a la cual’, todas estas recetas llevan diversos ingredientes pero el nombre del guiso es común. Es su identificación. Los países igual, se conforman de pueblos, provincias, comarcas, regiones, pero todos bajo el nombre común de una nación, no inventada hace cuatro días sino históricamente. Luego llamar nación catalana o vasca o gallega o andaluza, perdón por las que omita, es una segunda parte. Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, etc, tienen sus ramas separatistas, claro, en una Comunidad de Vecinos, también está el díscolo, el que se opone a todo. Pero todos esos países mencionados, cuando participan en cualquier acontecimiento, deportivo por ejemplo, llevan en común su bandera. Aquí no señores, somos tan especiales que nos avergonzamos de nuestra roja y gualda, patrimonio de nadie en particular, sino de los españoles. El gobierno socialista, pretende contrarrestar hace unos días con una manifestación, la que tuvo lugar la semana anterior en el que miles de banderas llegadas de toda la nación eran comunes. No había yugo y flecha alguno, eran escudos constitucionales. Pues no solo se conforman con participar contra una sola guerra de los cientos que, desgraciadamente hay en el mundo, se olvidan de todas ellos, desconocen la historia y los atlas de la geografía mundial sino que no lucen la bandera de España, se avergüenzan de ella, Dice un concejal del ayuntamiento madrileño, un tal Zerolo, que ellos sacan la bandera blanca de la paz. ¿Por qué ahí, no entra la guerra de Afganistán pongamos por caso?. Vivimos un momento donde hay más soldados españoles en el extranjero que nunca y que se dejen de zarandajas están armados hasta los dientes y en países de guerras peligrosas, en una palabra de guerras, pero no solo interesa la guerra de Irak, algo que tarde o temprano se hubiera producido, porque es, principalmente, de tipo religioso, de fanatismo coránico de sectas o ramas del islamismo. No ven más allá de su libro guía el Corán. Libro que en sí contiene sabias recomendaciones pero no para aplicarlas mediante el odio y el fanatismo. ¿Lo habéis leído?. Entonces no podéis opinar si respondéis negativamente.Todo este preámbulo viene a que hay que conocer primero la historia de este país que durante años se llamó España y que ahora nos acojona llamarle por eso nombre. Los romanos ya lo hicieron Hispania. Pues bien cuando Cristóbal Colón se marchó a la aventura de la conquista o descubrimiento que él pensaba sería de diferente cariz y que terminó siendo América, prescindiendo si fueron primero los vikingos o los japoneses o los chinos pero ninguno de ellos sentó plaza. En aquellas cáscaras de nuez, Santamaría, Pinta y Niña, los tripulantes, gente ignorante y azuzada por la aventura y el hambre eran de toda esta España. Vascos, cántabros, gallegos, satures, catalanes, extremeños, andaluces, valencianos, todos, todos españoles, en otras ‘cáscaras de nuez’ dieron la vuelta al mundo, descubrieron nuevos territorios, exploraron lugares, hasta entonces desconocidos y todo en nombre de una corona, la corona de España. Nadie clavó en ningún suelo descubierto, la senyera, la ikurriña o demás banderas de sus aldeas o ciudades, clavaron la vigente, en aquellos momentos, que representaba a la corona de España.Entonces cuando digo que hay que conocer un poco de todo esto antes de hablar o manifestarse, no me queda más remedio que publicar el docto artículo de una Tercera de ABC para que un catedrático de la historia, sin ambages ni remilgos nos cuente lo que fue Navarra y entendamos él porque de la manifestación en Pamplona.Esta Tercera es como sigue:

“”Navarra, o la lealtad

Por LUIS SUÁREZ FERNÁNDEZ de la Real Academia de la HistoriaNAVARRA recibe su organización administrativa como reino en los primeros años del siglo X, coincidiendo con el momento de plena maduración de la Monarquía asturleonesa gracias a Alfonso III. El nuevo reino, formando parte de la antigua Hispania, era el resultado de la resistencia frente al islam que habían ejercido las poblaciones de Pamplona y Sangüesa y los valles pirenaicos. A partir de este momento Navarra empieza a construir su identidad, y lo hace empleando la misma lengua que en Castilla o que en Aragón; naturalmente con algunos modismos, como es costumbre entre las regiones. Ella se considera a sí misma como la heredera de una situación, la de Roma, que reconoce la personalidad y la libertad de los súbditos de acuerdo con el derecho romano. Una de las características fundamentales de Navarra es que a principios del siglo XIII, cuando se está librando la batalla decisiva contra el islam, Navarra, que no puede ya ganar ningún territorio porque queda lejos de la frontera, vuelca, sin embargo, sus esfuerzos y toma parte en la batalla de las Navas de Tolosa, que es en donde el Rey Sancho salta la cadena que rodeaba la tienda del Miramamolín y la incorpora al escudo de Navarra, que por eso tiene en estos momentos esas cadenas.Por todas estas razones, Navarra elabora un fuero en la segunda mitad del siglo XIII, un fuero que siendo como a sí mismo se considera el espejo de dicha libertad, empieza sin embargo haciendo una referencia a Pelayo y a los orígenes de la Reconquista. Esa es la razón por la cual los Reyes de Navarra son alzados sobre un pavés, no coronados.En el siglo XI, gracias a Sancho III el Mayor, Navarra, que está recibiendo fuertes influencias de Europa a través de la reforma cluniacense, que en Leire tendrá uno de sus elementos fundamentales, ejerce sobre toda España un papel tan importante que bien podemos decir que Sancho III el Mayor es Rey de toda España: reina en Navarra, en Aragón, en Sobrarbe, en Ribagorza, en Castilla e, incluso, ejerce la tutoría en León. Uno de sus monumentos fundamentales será la catedral de Palencia, que ahora se conserva como una especie de sótano bajo el gran edificio nuevo. Esta influencia se traduce en tres aspectos fundamentales: la comunicación con Europa a través de los caminos que siguen mercaderes y peregrinos; el desarrollo del comercio a lo largo del Ebro, y, sobre todo, la influencia que el Fuero de Navarra empieza a ejercer. Una de las condiciones fundamentales de este Fuero es que no puede ser ni sustituido ni alterado. Puede ser, en cambio, mejorado. Esto es lo que a las Cortes se atribuye como un derecho: el amejoramiento del Fuero. La españolidad de Navarra se intensificará en los siglos XIV y XV frente a un intento muy importante de Francia al intentar anexionar el territorio aprovechando el matrimonio de tres Reyes franceses con princesas navarras. Pero todo esto se abandona a partir de 1328. Entonces, la consolidación del reino como una parte de Hispania se logra en la época de Carlos III, a quien llaman el Noble, que fue además uno de los creadores de la prosperidad de Navarra.Naturalmente, siempre ha habido dudas y preferencias hacia cuál de los vecinos inclinarse, si buscar la influencia francesa o preferir el acuerdo con los reyes castellanos y aragoneses. Cuando en la época de Fernando el Católico se toma una decisión, la incorporación de Navarra a la Corona de Castilla no se hace por ningún acto de conquista, sino mediante un pacto que garantiza absolutamente las libertades que el Fuero tiene construidas. Esto ha llegado tan lejos que, todavía no hace muchos años, no había un presidente de la Diputación de Navarra, sino un vicepresidente, porque el verdadero presidente era el Rey, el Jefe del Estado. Esta es la razón por la cual en el siglo XVIII ocurren dos acontecimientos de mucha importancia. El primero, que Navarra se coloca al lado de Felipe V, y el segundo, que no se aplica en Navarra ninguna ley restrictiva de las libertades del territorio. Navarra es, por consiguiente, uno de los creadores fundamentales del espíritu de libertad que está íntimamente ligado a la conciencia religiosa, sin duda, lo cual explica que en el siglo XIX una parte de Navarra se inclinara hacia el carlismo al temer que una victoria liberal traería consigo la pérdida de su identidad: en definitiva, la destrucción de sus libertades. Por eso invocaba el Fuero, que es lo que mantiene a Navarra durante todo el siglo XIX.Cualquiera que haya vivido en Navarra durante estos siglos sabe muy bien lo que todo esto significa. Una pérdida del espíritu de libertad que constituye el patrimonio de ese antiguo reino que es parte de España repercutiría sobre toda la Península de una manera directa o indirecta. Esto es bien evidente. Por eso, el sentimiento profundo de Navarra no se orienta en modo alguno, y en ningún momento lo hizo, hacia una separación de los demás reinos españoles, sino, al contrario, a una unión cada vez más íntima y estrecha, pero con el respeto a la identidad que Navarra ha extraído de la experiencia de la Edad Media. España debe a Navarra muchas cosas: debe, sobre todo, esa conciencia de que la personalidad jurídica es el elemento esencial de la libertad, que ésta no depende tanto de palabras vacías sino de hechos recogidos documentalmente en una ley que es una ley fundamental.La historia de Navarra revela a los investigadores no sólo un sentimiento de continuidad, sino de descubrimiento. Pensemos en lo que significa Leire, que ya en los siglos XI y XII es uno de los elementos fundamentales para la creación de una cultura intelectual europea. La biblioteca de Leire era lugar de cita para muchos sabios que venían de fuera de España. Por otra parte, Navarra es de los primeros territorios que abandonan el derecho de servidumbre, y crea, con esa conciencia de ser un paso, el principio de la libertad.Por otro lado, la Navarra de los siglos fundamentales de la Edad Moderna logra un desarrollo económico que ya había sido conseguido por Carlos III porque pone los ingresos de la Corona al servicio de los ciudadanos, huyendo de cualquier tendencia en contrario. A los ojos de muchos forasteros, Navarra a veces parece como un país demasiado simple, un poco hincado en el pasado. Se equivocan. No cabe duda de que Navarra es la lealtad, la fidelidad a toda una trayectoria que los Fueros recogieron y han conservado a lo largo de los siglos.Estos once siglos que nos separan del momento en que el Reino de Pamplona empezó a llamarse Navarra constituyen una parte fundamental del patrimonio histórico español. Sería un error muy grave que en estos momentos olvidásemos lo que Navarra significa y a lo que nos hemos referido en párrafos anteriores. No sólo los políticos, todos los españoles deberíamos ser conscientes de que cada generación, cuando recibe un patrimonio heredado, tiene el deber no sólo de conservarlo, sino de emplearlo para hacerlo madurar. Y Navarra es una parte de ese patrimonio que España le debe a Europa, recordando que ya en el siglo XV se hablaba de Europa como el resultado de cinco naciones, una de las cuales, España, contaba entonces con varios reinos, pero formaban una sola nación. Es decir, una herencia del mundo romano que había sido, además, empleada de tal manera que algunas de las instituciones fundamentales que hoy consideramos patrimonio de la europeidad nacieron aquí. Cuando repasamos el Fuero de Navarra despacio, punto por punto, nos damos cuenta de cómo, todavía hoy, debemos muchas cosas a lo que existía en 1274. Ese patrimonio, esa herencia, esa obligación en suma, nos compromete a todos los españoles con la europeidad. Es el tiempo de recordar lo que somos, y no de dividirnos.LUIS SUÁREZ FERNÁNDEZ de la Real Academia de la Historia “”¿Qué os ha parecido?. ¿Nos demuestra él por qué de la protesta navarra frente a unos cuántos?. ¿Dónde estuvo el PSOE?. ¿Se les ha agotado el patriotismo?. ¿No necesitan ya los votos navarros?, ¿Dan por hecho que Navarra será Nafarroa?.De los habitantes de España se puede esperar de todo, con tal de ir contra... No sé trata de hacer patria, se trata de dividir. Estamos inmersos en una UE que quiere conglomerar a toda Europa y nosotros, ¡hala vamos a dividirnos!, cada uno su bandera, hermosas en acontecimientos locales, como cualquier signo de cultura pero el resto debería ser como Fuenteovejuna. ¡TODOS A UNA!. 

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