Me siento cada día más atribulad0 al leer las crónicas de opinión del diario ABC, además supongo que otros rotativos no le irán a la zaga. Ya sé sabe que los rotativos, aunque se llamen independientes y, a veces, es verdad, lo practican, pero siempre existe una cierta tendencia a seguir. Comprendo que el articulista siga golpeando en el tas para forjar la plata de lo conocido, al igual que el pájaro carpintero repica en el tronco con el afán de hacer el hueco que precisa. Es una lástima que una serie de maestros articulistas se vean avezados a tener que escribir sobre similares argumentos y majen en su mortero el mismo tema, para desmenuzarnos los descalabros de un gobierno sin rumbo. Esta nave al pairo que representa, nuestra piel de toro, (¿seguirá siendo eso, o terminaremos siendo piel de conejo como mucho?) se ve obnubilada por los desatinos del Sr. Rodríguez y yo siento vergüenza ajena. Yo que no soy ‘nadie’, mi compañera, mi mujer (sin expresión posesiva, mía no es) me llega a acusar de que siempre estoy con los mismo. Pero con que están la prensa, la radio y la TV, pues con lo mismo y claro uno de tanto oír las sandeces de tal elemento. ¿Por qué, al igual que mi señora me reprende, por repetirme en estos comentarios, la señora Sonsoles no intervendrá para advertir a su marido que está siendo, progresivamente el hazme reír y le orientará un poco en la cotidianeidad del ejercicio gubernamental? . Las damas, en general, ejercen bastante influencia en el contexto del desarrollo familiar a cualquier nivel. ¿Es que la señora Sonsoles es tan abstrusa como su marido?. Lo dudo, pero la vida está llena de ambiciones, muchas de estas se consiguen con el poder y además el poder ejerce magnetismo. Pues señora, hay que mojarse el culo (para eso le han puesto agua calentita, para que no se le enfríe mucho) o lo que sea, es usted la señora de nuestro obligado Presidente y siendo su consorte tiene un alto grado de responsabilidad de los atroces errores y desvaríos que a diario su señor marido y equipo están cometiendo contra este país que a mí y a muchos nos encantaría pudiera seguirse llamando con orgullo, España, ¿o es que usted no se entera?. Vuelvo a repetir lo dudo y eso acrecienta la responsabilidad moral.
Me siento cada día más atribulad0 al leer las crónicas de opinión del diario ABC, además supongo que otros rotativos no le irán a la zaga. Ya sé sabe que los rotativos, aunque se llamen independientes y, a veces, es verdad, lo practican, pero siempre existe una cierta tendencia a seguir. Comprendo que el articulista siga golpeando en el tas para forjar la plata de lo conocido, al igual que el pájaro carpintero repica en el tronco con el afán de hacer el hueco que precisa. Es una lástima que una serie de maestros articulistas se vean avezados a tener que escribir sobre similares argumentos y majen en su mortero el mismo tema, para desmenuzarnos los descalabros de un gobierno sin rumbo. Esta nave al pairo que representa, nuestra piel de toro, (¿seguirá siendo eso, o terminaremos siendo piel de conejo como mucho?) se ve obnubilada por los desatinos del Sr. Rodríguez y yo siento vergüenza ajena. Yo que no soy ‘nadie’, mi compañera, mi mujer (sin expresión posesiva, mía no es) me llega a acusar de que siempre estoy con los mismo. Pero con que están la prensa, la radio y la TV, pues con lo mismo y claro uno de tanto oír las sandeces de tal elemento. ¿Por qué, al igual que mi señora me reprende, por repetirme en estos comentarios, la señora Sonsoles no intervendrá para advertir a su marido que está siendo, progresivamente el hazme reír y le orientará un poco en la cotidianeidad del ejercicio gubernamental? . Las damas, en general, ejercen bastante influencia en el contexto del desarrollo familiar a cualquier nivel. ¿Es que la señora Sonsoles es tan abstrusa como su marido?. Lo dudo, pero la vida está llena de ambiciones, muchas de estas se consiguen con el poder y además el poder ejerce magnetismo. Pues señora, hay que mojarse el culo (para eso le han puesto agua calentita, para que no se le enfríe mucho) o lo que sea, es usted la señora de nuestro obligado Presidente y siendo su consorte tiene un alto grado de responsabilidad de los atroces errores y desvaríos que a diario su señor marido y equipo están cometiendo contra este país que a mí y a muchos nos encantaría pudiera seguirse llamando con orgullo, España, ¿o es que usted no se entera?. Vuelvo a repetir lo dudo y eso acrecienta la responsabilidad moral.
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