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TOUR DE FRANCIA 2006 ABC 06/08/06 EUGENIO FUENTES

TOUR DE FRANCIA 2006  ABC 06/08/06 EUGENIO FUENTES Con mi manía de guardar recortes de artículos de diarios y leerlos en el momento que me parece más oportuno, salvo que la noticia sea latente y no se le puede escapar un ápice de actualidad, he dado con un recorte que quería haber transmitido al lector copiándolo de las páginas de ABC, pero veo que en la edición digital del día 6 no lo incluyen. Está suscrito por EUGENIO FUENTES (ESCRITOR), se titula “LANDIS Y PEREIRO”, ambos nombres bastante desconocidos, incluso para ciertos aficionados al ciclismo, dada la revolución que en este deporte, últimamente se ha producido. El ciclismo fue un deporte internacional en donde el esfuerzo de los hombres aportando la colaboración de sus piernas para impulsar los pedales hicieran girar el par de ruedas que hacían avanzar al artilugio conocido como bicicleta. Siendo yo pequeño, mediada la década de los 50, con chapas, un rostro recortado de un cromo, un cristalito redondeado tallado con una piedra a mano y algo de masilla de sujetar cristales a ventanas, nos hacíamos con el nombre de un ciclista y en la tierra del suelo, bien a montoncito de arena o con tiza, trazábamos un circuito. Nuestros dedos índice y pulgar hacía de hacían de disparador para que la chapa avanzara con objetivo de llegar a la meta prefijada. Emulábamos con ello las, de siempre conocidas carreras por el orden de importancia que estas tuvieran y que hasta ahora habían seguido teniendo, Tour de Francia (con su maillot o camiseta amarilla al líder de la general), Giro de Italia (aquí regía la maglia rosa) y Vuelta a España (en sus orígenes también camiseta amarilla). La constitución del ciclista, en general, era de hombre menudo, liberado de cualquier tipo de grasa, bronceado perpetuo, por sus continuadas pruebas de entrenamiento y oficiales y luego condicionantes, como bajos de pulso, buena capacidad pulmonar y mucho pundonor, fueron siempre admirados, incluso para los ignorantes del tema. Llegó la televisión y nos permitió verles su lucha, sudor, impulso renal para atacar puertos de montaña y encima las tomas de unos buenos cámaras te permitían hacer turismo, nos enseñaban paisajes de todo tipo, el paso por las villas y pueblos. Los locutores nos documentaban haciendo un resumen del pueblo o dando nombre al río por el que cruzaban a través de su puentecito, dándonos el nombre de las cotas montañosas, en una palabra, una lección de geografía. Mirábamos todo con tal anhelo que hasta apretábamos dientes y puños para colaborar en el esfuerzo de estos caballistas rodados, no digamos el momento de la elevación de brazos en alto tras cruzar la meta de cada etapa, representaba un auténtico clamor. Desgraciadamente, todas estas carreras que, al inicio, se corrían bajo el nombre del equipo del país que representaban, necesitaron patrocinadores y como en todo llegó la publicidad, ya no sabías si Gómez, Pérez, Pertini, Monteaux (todos nombres imaginarios), corrían en un equipo español, italiano, etc. Y claro entró el gusanillo de fortalecer los cuerpos de esos giroandantes para potenciarles, había que ver los niveles de hematocrito, aumentar la producción de testosterona, en una palabra mutar los genes para reactivar la raza y la fuerza a costa de su salud y organismo. De toda esta permisividad surgieron varias figuras que no eran tales y en cuanto se intervino oficialmente y de derecho se demostró que no había tanto Mazinger. Nuestro escritor mencionado, Eugenio Fuentes nos habla de Landis y Pereiro (pontevedrés de Mos), norteamericano el otro, en ese orden lucieron podio en los Campos Eliséos, las mieles del triunfo y el levantar la copa se la lleva Landis, pero a los pocos días se descubre que ‘había trampa’, luego el vencedor era el gallego. Creo que merecería, aunque fuera mediante un montaje, una foto en el mismo lugar exhibiendo su cetro, porque resulta que en papeles ha sido el ganador, pero nunca podrá mostrar las imágenes del momento de su victoria.Pero me temo que el día que nos metamos en honduras de otros deportes más opulentos, nos encontraremos sin darnos cuenta con que existen muchas ‘tegucigalpas’, sin ánimo de ofensa a la capital hondureña, sino haciendo simil de que se encontraran los entresijos en los que ‘grandes jeques del planeta’ invierten y desinvierten fabulosas cifras y que tanto mercenario que pisa céspedes, tendrá los pies y la musculatura remodelada para ser los mejores. Ignoro si se llegará a ese atrevimiento. 

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