Aprovechando los vacíos veraniegos que los meses veraniegos propician por vacaciones de los residentes se realizan obras con el hecho de molestar a los menos posibles, o es que al encontrarse menos tráfico tienen mejor momento, lo malo es que los que nos vamos, normalmente estamos de 15 a 20 días y las obras intensivas del verano duran unos 4 meses y además no suelen cumplir los plazos. Este asunto siempre ocurrió y cuanto más grande sea la ciudad mayor motivo para esas ejecuciones. El problema con el que cuenta Madrid este año, ciudad en la que todo el que me conoce sabe que resido y que para todos ellos es una maravilla, menos para mí que soy el residente y el soportador de sus graves problemas es que ya no queda ladrillo en su sitio, es una extensa obra de norte a sur y de este a oeste. Nuestro faraónico alcalde Ruiz Gallardón es que solo le falta ya emprender la obra de un ascensor que tenga por ejemplo trayecto de ida y vuelta y llegue a nuestros antípodas, más o menos los maoríes. Sería curioso un ascensor con un trayecto de 12.000 kmsy en su mitad, en el núcleo atravesara el NIFE, por estar compuesto este, según dicen los técnicos de una aleación de niquel y hierro, por eso el nombre representado por sus símbolos químicos. Yo, como, creo que ya he visto hasta burros volar, nada me sorprendería, todo es cuestión del empeño y tenacidad que ponga nuestro alcalde, personaje que yo le llamo, como una pieza que magistralmente interpreta a la guitarra el maestro Paco de Lucía, ‘Entre dos aguas’. Él, en teoría es pepero, pero les baila bien el agua a los izquierdistas. Quizá sea la posición idónea para ocupar plaza un día al frente del banzo azul del Congreso dirigiendo al Gobierno que, digo yo este banco debería cambiar de color dependiendo de la tendencia de los gobernantes, porque no pega mucho que se sientes los de izquierda en bancos azules, debería de haber un tapizado rojo para estas ocasiones y estar así en mejor consonancia. Por menos de esta broma, si yo fuera diputado ya me habría expulsado de la sala, porque ya hemos visto como se las gasta con los de la oposición. ¿Haría lo mismo con alguno de los suyos?. No tendría.....
Aprovechando los vacíos veraniegos que los meses veraniegos propician por vacaciones de los residentes se realizan obras con el hecho de molestar a los menos posibles, o es que al encontrarse menos tráfico tienen mejor momento, lo malo es que los que nos vamos, normalmente estamos de 15 a 20 días y las obras intensivas del verano duran unos 4 meses y además no suelen cumplir los plazos. Este asunto siempre ocurrió y cuanto más grande sea la ciudad mayor motivo para esas ejecuciones. El problema con el que cuenta Madrid este año, ciudad en la que todo el que me conoce sabe que resido y que para todos ellos es una maravilla, menos para mí que soy el residente y el soportador de sus graves problemas es que ya no queda ladrillo en su sitio, es una extensa obra de norte a sur y de este a oeste. Nuestro faraónico alcalde Ruiz Gallardón es que solo le falta ya emprender la obra de un ascensor que tenga por ejemplo trayecto de ida y vuelta y llegue a nuestros antípodas, más o menos los maoríes. Sería curioso un ascensor con un trayecto de 12.000 kms y en su mitad, en el núcleo atravesara el NIFE, por estar compuesto este, según dicen los técnicos de una aleación de niquel y hierro, por eso el nombre representado por sus símbolos químicos. Yo, como, creo que ya he visto hasta burros volar, nada me sorprendería, todo es cuestión del empeño y tenacidad que ponga nuestro alcalde, personaje que yo le llamo, como una pieza que magistralmente interpreta a la guitarra el maestro Paco de Lucía, ‘Entre dos aguas’. Él, en teoría es pepero, pero les baila bien el agua a los izquierdistas. Quizá sea la posición idónea para ocupar plaza un día al frente del banzo azul del Congreso dirigiendo al Gobierno que, digo yo este banco debería cambiar de color dependiendo de la tendencia de los gobernantes, porque no pega mucho que se sientes los de izquierda en bancos azules, debería de haber un tapizado rojo para estas ocasiones y estar así en mejor consonancia. Por menos de esta broma, si yo fuera diputado ya me habría expulsado de la sala, porque ya hemos visto como se las gasta con los de la oposición. ¿Haría lo mismo con alguno de los suyos?. No tendría.....
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