Cuando lees el periódico o revista, por lógica humana, que pienso que es muy diferente a la que dicta la Naturaleza en general, siempre nos decantamos hacia un lado u otro y, por supuesto, con todo nuestro equipaje, la maleta cargada de razones.Sé les atribuye a los romanos la frase de que ‘el camino más corto es la línea recta’. Esa aparente aseveración de Pero Grullo, personaje que decía cosas tan encajonadas que no daban lugar a discusión. Claro esto visto sobre un mapa plano es real. Entre dos puntos prefijados, colocas una regla y la distancia más corta la marcará la regla situándola directa sobre ellos. Pero hagamos el camino tridimensional con relieves y entonces ya esto no sirve, porque en ese camino hay obstáculos lo mismo de elevación de bajío y entonces ya tienes que dar un rodeo para continuar la ruta. Lo normal sería zigzaguear para ir sorteando los escollos o vetos que nos fuéramos encontrando. Pero, normalmente, al no poder seguir la línea recta se elige un camino bien la izquierda o bien la derecha y de ahí seguimos adelante, sin buscar otras opciones. Entonces estas dos líneas se conforman en un paralelismo tal que como dicen las matemáticas paralelas son aquellas líneas que se juntan en el infinito, es decir nunca.Digo esto porque al hilo del título impuesto hoy. Si coges la prensa y ves sus páginas de opinión, según las directrices del diario, al hablar de un tema, la misma noticia se da en versiones totalmente contrapuestas, con un punto de mira retorcido hacia uno u otro lado. Parece mentira que donde alguien ve todo blanco, otro lo vea todo negro, pero yo creo que es todo cuestión de terquedad, no solo de visión. Esto me irrita porque es cuestión de líderes políticos que únicamente van a lo suyo y como auténticos pastores manejan y conducen a sus borreguiles votantes por la cañada que a ellos les conviene. Estoy seguro que si estos elementos se lo propusieran, en algo podrían coincidir, porque vamos a ver, si después de sus enfrentados discursos parlamentarios se juntan en una comida, por ejemplo comparten la misma paella, beben del mismo vino, fuman los mismos puros, toman el mismo café, es decir, ahí si tienen coincidencias plenas. O sea que en política, digo yo, habrá ocasiones que compartan la misma opinión pero no, ahí es imposible y lo peor no es lo que hagan estos líderes, sino que como son los comisionados para debatir en nombre de sus borreguiles votantes, encima a sus centuriones de parlamento, personas que solo son conocidas en el barrio donde viven, porque nunca hablan, aunque eso si, tengan sus despachos en el Congreso a la última en mobiliario y adelantos técnicos, pues a estos desconocidos les hacen decir ‘si’ o ‘no’ depende de lo que resulte conveniente. Esas son las putas políticas de partido.¿Con qué moralidad puede vivir, comer, dormir una persona y desenvolverse en su vida, sabiendo que está votando en contra de lo que, realmente, piensa, con tal de llevar la contraria a sus opositores.? Cuestión de grandes tragaderas diría yo. Pero eso es ser en exceso contradictor de uno mismo y por tanto muy triste, salvo que sirve para llenar ‘las arcas personales’. Así que por donde empezamos, las páginas de opinión siguen esas conductas que solo una batidora especial debiera sacar la mezcla deseada. Pero entonces discutiríamos en la proporción de la que se deberían mezclar los ingredientes.En resumen todo sigue y seguirá igual y nosotros depositaremos en su momento un papelito en la urna correspondiente dedicado a nuestro dirigente de siempre, para no variar. Y eso que dicen que en la variedad está el gusto. Será para otras cosas.
Cuando lees el periódico o revista, por lógica humana, que pienso que es muy diferente a la que dicta la Naturaleza en general, siempre nos decantamos hacia un lado u otro y, por supuesto, con todo nuestro equipaje, la maleta cargada de razones.Sé les atribuye a los romanos la frase de que ‘el camino más corto es la línea recta’. Esa aparente aseveración de Pero Grullo, personaje que decía cosas tan encajonadas que no daban lugar a discusión. Claro esto visto sobre un mapa plano es real. Entre dos puntos prefijados, colocas una regla y la distancia más corta la marcará la regla situándola directa sobre ellos. Pero hagamos el camino tridimensional con relieves y entonces ya esto no sirve, porque en ese camino hay obstáculos lo mismo de elevación de bajío y entonces ya tienes que dar un rodeo para continuar la ruta. Lo normal sería zigzaguear para ir sorteando los escollos o vetos que nos fuéramos encontrando. Pero, normalmente, al no poder seguir la línea recta se elige un camino bien la izquierda o bien la derecha y de ahí seguimos adelante, sin buscar otras opciones. Entonces estas dos líneas se conforman en un paralelismo tal que como dicen las matemáticas paralelas son aquellas líneas que se juntan en el infinito, es decir nunca.Digo esto porque al hilo del título impuesto hoy. Si coges la prensa y ves sus páginas de opinión, según las directrices del diario, al hablar de un tema, la misma noticia se da en versiones totalmente contrapuestas, con un punto de mira retorcido hacia uno u otro lado. Parece mentira que donde alguien ve todo blanco, otro lo vea todo negro, pero yo creo que es todo cuestión de terquedad, no solo de visión. Esto me irrita porque es cuestión de líderes políticos que únicamente van a lo suyo y como auténticos pastores manejan y conducen a sus borreguiles votantes por la cañada que a ellos les conviene. Estoy seguro que si estos elementos se lo propusieran, en algo podrían coincidir, porque vamos a ver, si después de sus enfrentados discursos parlamentarios se juntan en una comida, por ejemplo comparten la misma paella, beben del mismo vino, fuman los mismos puros, toman el mismo café, es decir, ahí si tienen coincidencias plenas. O sea que en política, digo yo, habrá ocasiones que compartan la misma opinión pero no, ahí es imposible y lo peor no es lo que hagan estos líderes, sino que como son los comisionados para debatir en nombre de sus borreguiles votantes, encima a sus centuriones de parlamento, personas que solo son conocidas en el barrio donde viven, porque nunca hablan, aunque eso si, tengan sus despachos en el Congreso a la última en mobiliario y adelantos técnicos, pues a estos desconocidos les hacen decir ‘si’ o ‘no’ depende de lo que resulte conveniente. Esas son las putas políticas de partido.¿Con qué moralidad puede vivir, comer, dormir una persona y desenvolverse en su vida, sabiendo que está votando en contra de lo que, realmente, piensa, con tal de llevar la contraria a sus opositores.? Cuestión de grandes tragaderas diría yo. Pero eso es ser en exceso contradictor de uno mismo y por tanto muy triste, salvo que sirve para llenar ‘las arcas personales’. Así que por donde empezamos, las páginas de opinión siguen esas conductas que solo una batidora especial debiera sacar la mezcla deseada. Pero entonces discutiríamos en la proporción de la que se deberían mezclar los ingredientes.En resumen todo sigue y seguirá igual y nosotros depositaremos en su momento un papelito en la urna correspondiente dedicado a nuestro dirigente de siempre, para no variar. Y eso que dicen que en la variedad está el gusto. Será para otras cosas.
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