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DESDE MI BUHARDILLA:VARGAS LLOSA Y LAS VISITADORAS-LAURA CAMPMANY-ABC-13/05/06

DESDE MI BUHARDILLA:VARGAS LLOSA Y LAS VISITADORAS-LAURA CAMPMANY-ABC-13/05/06 Laura, una vez más insisto, siento que solo te adjudiquen, ignoro los acuerdos, a lo mejor son mutuos, pero en una palabra lo que quiero decir es que siento solo poder contar con un artículo tuyo semanal. Cuando te inclinas o lees a tus elegidos te gusta seguirlos, leerlos a diario, convives más con ellos. A veces, interiormente, parece que dialogas. Solo tiene una ventaja el artículo semanal que te da tiempo a recapacitarlo mejor, porque no todos los momentos de lectura son anímicamente iguales, entonces, si hay algo que sobre la marcha no has terminado de compartir o comprender, al releer, en otro estado de aliento, captas mejor su mensaje. Pero esto, dicho así, parece como un ‘recurso del pataleo’ y decir bueno que le voy a hacer sino no puedo resolverlo, pues conformarme con ese plazo establecido y agradecer y esperar con ansia el momento que llegue. Por eso yo ya espero los sábados para leer lo publicado bajo ese incógnito apellido para mí, no soy estudioso de heráldica, Campmany. Imagino, diría estoy seguro que tu padre en algún momento de su dilatada, aunque hoy en día me parezca breve, expresión articulista, daría alguna explicación del origen, pero no llegué a leerlo si así fue. D. Jaime era algo como aquello del ‘no va más’, pero tal como apelas a Machado para decir ‘que nadie es más que nadie’ y que efectivamente comparto en gran ámbito, pero por materias si somos diferentes. La vida de dos personas puede tener el mismo valor, la sabiduría, conocimiento y otros atributos no son los mismos. Ahí todos somos diferentes, D. Jaime y Laura (su adorada hija de la que sentía tanto orgullo y no podía reprimirlo), perdona que te quite el ‘Doña’, como tu te permites con Vargas Llosa, pero vivimos la época del ‘tuteo’ como tratamiento, no como contienda de naipes y encima soy mayor que tu, así que como en ese consejo antiguo de ancianos, aunque no me considere así todavía tengo o me concedo el privilegio de degustar tus comentarios y notar que si hay diferencias entre los seres y alguno es algo más que otro, por determinados rasgos y actuaciones. Te siento gran admiradora del egregio peruano, pero te aseguro que tú estás llena de admiradores y no es cuestión de herencia, tu personalidad ha podido ser algo forjada, pero el material y la idea la pones tu y tu valía personal y cuanto más aparecieras por estas páginas irías acumulando incondicionales. Si te pasan mi comentario desde la sección del periódico donde lo dirijo, verás que me llamo Adolfo Sánchez, me expreso, prácticamente de incógnito en un ‘blog o bitácora’ llamado <<ofloda.blogia.com>>, en donde entrarán modestamente una docena de personas a curiosear mis divagaciones que muchas veces versan alrededor de artículos periodísticos con su crítica, normalmente con espíritu constructivo o alguna discrepancia, también, lógica. Pierde un día unos segundos para tener la alegría de que has leído algo mío, no preciso ni te pido que me contestes a nada, sé de vuestras obligaciones y compromisos, los escritores pertenecéis a un mundo lleno de trajines, conferencias y demás actos. Mi tema no es egolatría, aunque todos poseamos algo de eso, no me dedico a nada profesional, una vez en situación laboral de prejubilación por las circunstancias actuales, donde a ciertos años ya no les sirves, tengo la oportunidad de divertirme jugando al  narrador o comentarista o crítico. Es mi forma de entretenerme. Así que ya sabes te invito a que seas una ‘visitadora’ técnica de mi pequeño vertedero de letras. 

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