En el estado de ánimo influyen mucho las circunstancias personales y las características particulares de cada uno. La misma situación afecta a los seres de diferentes formas. Hay costumbre, casi compasiva diría yo, del que se encuentra en estado normalizado tienda a estimular al amigo o conocido triste (sabéis que la palabra amistad, no la tengo muy bien definida, ya que no consiste en saludar o conocer superficialmente a alguien, una vez más digo que solo sería auténtica amistad, sí estuvieras dispuesto a hacer todo por esa persona y eso solo se ofrece, pero no se cumple, analizadlo cada uno como queráis, pero es fácil decir mis amigos ¿cuáles, me pregunto yo?. Bien pues ese bienintencionado apoyo, ya digo, se hace con la intención de elevar su espíritu y moral.Todo eso, visto desde ese ángulo, es gratificante, pero no acrecienta el sentimiento negativo del desconsolado, a veces, hasta hurga, sin pretenderlo, más en la herida. Pero insisto es conveniente infundir apoyar pero, cómodo, cuando todo se tiene.Si miráramos la agenda de varias personas con sus citas previas y viéramos que unas están repletas de festejos, de los que gustan participar y para lo que nunca hay un inconveniente que obstaculice su asistencia (si esto pasaría habría berrinche, seguro) y comparáramos con otras donde solo están pendientes obligaciones desagradables o esperanzas que una y otra vez fallan. Donde solo se cumplen a rajatabla las negativas o las citas y controles médicos persistentes (pero necesarios, como siempre te dicen los ‘sanos’) ‘Así estás más controlado’. Me río yo de ese control, eres un aspirante con grandes posibilidades para próximos inconvenientes que por mucho que se diga que todos estamos expuestos las excepciones confirman las reglas. No es mi deseo que una agenda feliz se convierta en triste pero, como humano siento envidia ¿es lógico, no?. Ves que para ti, lo triste se cumple paso a paso, para los de la felicidad, la cosa es muy diferente, celebrarán sus fiestas, harán su brindis para que todo siga bien y se vuelva a repetir en próximas fechas.Eso sí, estos afortunados, en ese desborde de alegría, tratan de insuflar o transvasar algo de la suya sobrante, como si de una transfusiónse tratara, con el mejor de los propósitos, pero reitero que ellos reirán, chocarán las copas en sus brindis y tu te quedarás pensando, así de fácil, que tu nunca estás en esas listas. Te ha tocado otro papel menos gozoso.
En el estado de ánimo influyen mucho las circunstancias personales y las características particulares de cada uno. La misma situación afecta a los seres de diferentes formas. Hay costumbre, casi compasiva diría yo, del que se encuentra en estado normalizado tienda a estimular al amigo o conocido triste (sabéis que la palabra amistad, no la tengo muy bien definida, ya que no consiste en saludar o conocer superficialmente a alguien, una vez más digo que solo sería auténtica amistad, sí estuvieras dispuesto a hacer todo por esa persona y eso solo se ofrece, pero no se cumple, analizadlo cada uno como queráis, pero es fácil decir mis amigos ¿cuáles, me pregunto yo?. Bien pues ese bienintencionado apoyo, ya digo, se hace con la intención de elevar su espíritu y moral.Todo eso, visto desde ese ángulo, es gratificante, pero no acrecienta el sentimiento negativo del desconsolado, a veces, hasta hurga, sin pretenderlo, más en la herida. Pero insisto es conveniente infundir apoyar pero, cómodo, cuando todo se tiene.Si miráramos la agenda de varias personas con sus citas previas y viéramos que unas están repletas de festejos, de los que gustan participar y para lo que nunca hay un inconveniente que obstaculice su asistencia (si esto pasaría habría berrinche, seguro) y comparáramos con otras donde solo están pendientes obligaciones desagradables o esperanzas que una y otra vez fallan. Donde solo se cumplen a rajatabla las negativas o las citas y controles médicos persistentes (pero necesarios, como siempre te dicen los ‘sanos’) ‘Así estás más controlado’. Me río yo de ese control, eres un aspirante con grandes posibilidades para próximos inconvenientes que por mucho que se diga que todos estamos expuestos las excepciones confirman las reglas. No es mi deseo que una agenda feliz se convierta en triste pero, como humano siento envidia ¿es lógico, no?. Ves que para ti, lo triste se cumple paso a paso, para los de la felicidad, la cosa es muy diferente, celebrarán sus fiestas, harán su brindis para que todo siga bien y se vuelva a repetir en próximas fechas.Eso sí, estos afortunados, en ese desborde de alegría, tratan de insuflar o transvasar algo de la suya sobrante, como si de una transfusión se tratara, con el mejor de los propósitos, pero reitero que ellos reirán, chocarán las copas en sus brindis y tu te quedarás pensando, así de fácil, que tu nunca estás en esas listas. Te ha tocado otro papel menos gozoso.
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