NACIONALISMOS

La Tierra, tercer planeta de nuestra minúscula galaxia en la inmensidad, diríamos infinita del Cosmos, por llamar de alguna manera a la maraña de formaciones que rellenan el espacio, pues nuestro planeta es un corpúsculo de 6.000 kilómetros de radio y 40.000 de perímetro, más o menos redonda, porque esta llena de ‘pechos’, unos más turgentes que otros (como los del Himalaya y simas o cavidades, profundas, amén de grandes sabanas, llanuras, pampas y estepas. Un cuarto de la superficie terrícola es territorio de cierta habitabilidad, habiendo gran diferencia en las concentraciones y distribución de razas. En este paisaje esférico, compartimos espacio, más bien mal avenidos unos 6.000 de humanos considerados racionales, (algo que yo pongo muy en duda) y después los considerados irracionales (también lo pongo en duda9, millones de insectos, anfibios, peces y como especie más reducida los mamíferos, estos, cada vez menos en estado salvaje, les estamos quitando el terreno, y luego amplias cabañas de domésticos, muchos de ellos sirven para nuestro sustento y otros (perros, gatos, ciertos pájaros) como mascotas de entretenimiento y compañía. Estos considerados irracionales, nos han mostrado, en muchos casos, su perfecta organización de vida, de la que deberíamos aprender y tomar buena nota, no solo hacer documentales. Formidables organizaciones de las que técnicos tiene grandes conocimientos estructurales, las colonias de abejas y su institución ‘monárquica’ y curiosamente los súbditos, zánganos (apelativo dado al individuo poco proclive al trabajo, aquí él es obrero. Por supuesto también existirán las zánganas, elemental la combinación para mantener la especie, sin embargo ‘su majestad’ siempre es ‘Reina’. ¿Qué raro una hembra con mando?. ¿Por qué será?. Las hormigas también parece que tienen condición social, no sé si serán republicanas, porque aquí, que yo sepa, no se habla de grados de nobleza,  pero se dividen igual en colectivos laborales permanentes. Ya quisieras las ciudades, sin ir más lejos Madrid ahora mismo que está siendo minado por todos los territorios, grandes tuneladoras lo agujerean cada día más, Inmensas moles a su vez ocupan hasta el último rincón hábil dentro y fuera del entorno de la ciudad, pues como digo ya que quisieran ciudades como estas tener como obreros equipos de hormigas, auténticos arquitectos y sujetos de laboriosidad imparable, para ver terminar un día este ‘fantástico hormiguero’. A nuestro alcalde, dicen del PP, Alberto Ruiz Gallardón, le han puesto apelativo del ‘Faraón’, debido a su avidez en levantar ‘pirámides de gran magnitud’, yo abundaría más ni el mismo sabe a que partido pertenece porque hace a todo, con tal de figurar. Tiene capacidad, gran capacidad, pero se ve que los abundantes humos de Madrid han rellenado su cerebro y respira, a derechas a izquierdas y a centros, yo diría que incluso arriba y abajo.

Pues bien el hormigueo es tan laborioso que yo creo que copulan a la vez que trabajan para no perder el tiempo en ‘romanticismos’ inútiles. Formaciones tan compactas se enganchan en cadena y como doble vía, unas van a descargar y otras a por carga, llevándolo todo a un intrincado agujero donde inmensidad de cámaras harán de silos de almacenamiento. Mientras muchos de nosotros hacemos de cigarras y queremos formar Uniones Europeas, ocurrentes Alianzas de Civilizaciones, etc, mientras en España que es lo que más conozco, aunque en cada país existe esa tendencia, unos cuantos grupúsculos se empeñan en trocear la tarta y pretenden que esa Unión Europea sea un calidoscopio de nacionalidades. Costó trabajo formar un conjunto, la historia lo explica y ahora unos cuantos, como el que pellizca un trozo de miga de una barra, quiere formar su propia nación. En Madrid, conocimos un pan, en forma de hogaza, redondo que se le denominó gallega (ignoro el porque) ahora queremos que haya gallegas, vascas, catalanas, digo naciones independientes se avergüenzas de la convivencia que nos deparó un día la vida, hace ya mas de 500 años. Y se inventan países que nunca existieron, hubo y hay razas, sí, y a mucho orgullo, igual que sus idiomas, pero ¿es imposible mantener una convivencia sana con nuestros vecinos?. Hábiles políticos desean descomponer una unidad, para su propio beneficio. Pero que no pienses los habitantes de esos minúsculos separatismo que lo hacen por el beneficio de la población quieren volver a los feudalismos y para eso hace falta vasallaje propio.