VULNERABILIDAD VIRTUAL

Siempre hablando de lo mismo, de la virtualidad, pero si te manejas a través de contactos de internet no tienes otra alternativa y es un tema más complicado de lo que parece. Las relaciones virtuales son muy sorprendentes. De poco sirve planificar. Como son momentos ‘robados’ a la realidad, en cuanto se produce un desajuste, algo habitual en estos casos, alguien, el más expresivo, se siente, como más perjudicado.
El virtual busca huecos y cuando encuentra alguno cree que, a partir de ahí, todo va a salir bien. Craso error, repentinamente se encuentra con la excusa, más o menos, lógica o razonada que anula todas las perspectivas de un grato encuentro previsto por el ingenuo. Yo haría lo posible por a esa cita que, si se pierde, no se va a volver a repetir e insisto digo, particularmente, esa cita, podrá surgir algo de ella, una pequeña porción y te comentarán “ ves tanto que desesperabas y aquí estoy”, eso no es verdad, eso es justificar lo injustificable, no estuvo en el momento adecuado, con o sin razón, apareció cuando pudo o le combino, por dar prioridad a otras actividades que se podrían haber demorado si se hubiera querido y puesto interés. Es más, por despiste, distracción o falta de comunicación se avisa en el último instante de que han surgido problemas, justo cuando te acaban de proponer, pero ya, además no tiene arreglo. Esas cosas una y otra vez, derrumban la ilusión del más tenaz proponente.  Luego está la excusa del decir, “yo no sabía que...”. Si se hubiera puesto la atención adecuada y correspondiente, haríamos una programación adelantada de los acontecimientos conocidos con antelación, se sabría anticipar los compromisos previos y no se daría pie a proposiciones. Pues no señor, una y otra vez, sé nos pasa y se avisa justo en el momento que te proponen con lo que matas la ilusión del proponente. Grave despiste y falta de tacto. Y lo digo en serio, aquí no se recupera el tiempo perdido.