SAN VALENTÍN (13/02/06)

Escribí el artículo un día antes el 13 y lo publico un día después el 15. Quizá para no provocar reacciones.

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Me veo en la obligación de no dejar pasar otro día porque sino sé quedará el artículo obsoleto aunque, realmente, lo que voy a decir sirve para siempre y alrededor de ello ya he escrito en más de una ocasión, sobre temas o celebraciones de igual cadencia. Pues bien, ignoro si tendrá esta festividad, fundamentalmente, consumista, parangón en otras confesiones o civilizaciones. Yo, el negativo y censurador de este tipo de festividades estoy en contra de seguir las pautas comerciales, nadie me tiene que marcar mis momentos de festejo personal. ¡Qué conste que en años muy anteriores y siguiendo a la ‘manada’ tan  bien dirigida por los hábiles pastores-comerciantes!, llegué a intercambiar regalo con mi pareja, yo en mi interior a regañadientes, pero no quería que ella se viera frustrada frente a otras personas. Un día se nos despejaron las mentes y, unánimemente, decidimos el cesar en ese empeño, que no era necesario adaptar un día concreto y especial. El amor, enamoramiento o relación no es cosa de un día, es un tejido que crece a medida que se trabaja en él. No es preciso hacer una evocación concreta y marcada. Todo ello se debe mostrar en una constancia del día a día.  De poco sirve una efusión acotada si luego durante muchos otros días prima el desabrimiento, la falta de atención, casi el desamor.

Perfume, joyería, bisutería, complementos, flores, ropas de marca, música, etc. se intercambian como simple ritual y sin embargo en momentos donde el amor se precisa a ultranza resulta que no se le da el tiempo y el deber adecuado.

Yo, romántico, enamoradizo, sentimental, no preciso de San Valentín ni de las representaciones que con ello se le achacan.

Unos grandes almacenes, de hace no muchos años que una nefasta economía y otros intereses se los llevó por delante que fueron ‘Galerías Preciados’, crearon una bonita fase con cierto énfasis “PRACTIQUE LA ELEGANCIA SOCIAL DEL REGALO.”. Muy bello si, pero la pretensión estaba en aumentar las ventas.