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INUBICADO

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Bueno, La Peseta, mi bar siguió manteniendo el cartel “ABRIMOS MAÑANA”, ese, si necesidad de cambio sigue para que el resultado sea el mismo un día y otro, Mi amigo Antonio, el regente (es un decir) luego el día que abra te cuenta, como se dice vulgarmente una milonga o algo parecido a un monólogo de los que sostenía Mario Moreno, CANTINFLAS, en sus películas, para muchos desgraciadamente ya ignorado. Éste era capaz de sostener una exposición, tenerte media hora pendiente y la conclusión era cero, es decir, no te habías enterado de nada, un tipo vendedor de humo como diría yo, aunque eso hoy estaría penado, ni siquiera los indios podrían utilizar sus faxes tipo western con el humo provocado por la hoguera y la manta. Así que una vez mas estoy en El Montuirí. Ahí como ya expliqué pase buenos momentos. Ángel un lucense que llevaba el negocio con Costi en la cocina su mujer segoviana hacían un buen doblete para mantener el negocio activo y animado. En la barra un chaval onubense con acento del antiguo Lavapiés, algo chulesco también era muy animado y activo y dentro de un respeto disputaba con la clientela de temas varios, sobre todo el fútbol como suele ocurrir en los bares. Para mas datos encima era del Barça lo que provocaba mayores cabreos pero todo dentro de una corrección y gracia. Pues ese conjunto dieron buena vida a ese local, modesto pero bien orientado y activo. Yo, por mi clásica fidelidad, si me encuentro a gusto era un poco mi pub al estilo inglés., no fallaba. Estaba bien atendido pero yo correspondía en cuerpo y ‘caja’ a crear un buen cartel.

Este negocio falló cuando el gallego, inquieto por tradición céltica se propuso escalar en el gremio de hostelería y montó un restaurante de buen nivel 0’PEDREGAL, ya bastante más distante de mi casa y de mi bolsillo. A partir de ahí, este buen local degeneró con la dirección de dos o tres advenedizos al negocio y lo desprestigiaron.

Ahora desde hace un año otro matrimonio de unos treinta y tantos años, que lo regenta lo han vuelto a regenerar en condiciones, pero le tengo perdida la costumbre y solo vengo en caso de necesidad. Soy reacio a los cambios. Les deseo suerte y la suerte la conlleva la seriedad y el trabajo.

 

 

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