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MIS RINCONES (16/01/06)

MIS RINCONES  (16/01/06) Como soy conservador, repetitivo y costumbrista, esta tarde me ha deparado una sorpresa que, sin ser agobiante, me ha llevado a una modesta decepción. Independiente a lo que luego diré, he tenido consulta de enfermería habitual. Datos de tensión, correctos. Solicitud de recetas diversas y necesarias a las que estoy sometido por diversas deficiencias. Menos buenos los datos de la glucosa y además he engordado un par de kilos que en nada benefician, ya estoy en los 91 y eso que estos últimos días en Torremolinos he dado buenas caminatas, tan recomendadas, para practicar ejercicio, además soy de comer bastante limitado, quizá cumplo menos en el terreno de tomar una copilla, pero la perfección  no está al alcance de cualquiera, bueno pues con ello ya os he narrado vida particular al cabo de hoy. Pero la decepción que pretendía contar viene por otro lado. Y es que sorpresivamente, aunque que la realidad no  mucho, mi desvencijado bar ‘La Peseta’, tenía un cartel de ‘cerrado por descanso’. Su día habitual son los jueves y hoy era lunes, entonces el cambio de situación influye para mis escrituras. Porque habitualmente escribo hacia las 7 y algo de la tarde, en mi mesita preparada al efecto. Pero a ello se suma en que mi bar suplente para estos casos, de los que ya también he hablado ‘ El Montuirí’, libra los lunes como norma, así que he tomado la alternativa de irme al Parras, otra esquina mas de ese cruce donde a veces como, pero peor preparado para mis situaciones de escritura. Hoy reconozco he tenido suerte, porque aunque fuera en la barra, pero esta era un rincón bien iluminado y he tenido espacio y lugar suficiente para poder ejercer, ésta mi función, así que frente a mi refresco de whisky DYC aquí  estoy enlazando letras para contar algo. No obstante para estas predisposiciones el local siempre influye porque te encuentras con un  público al que estás menos habituado, aunque reconozco que el ambiente era tranquilo. Estoy sentado al lado de una pareja de unos 50 años, nunca soy muy bueno en estos cálculos de edades que desde que he entrado, no estoy muy pendiente, no les oigo mas que una conversación en tono agrio, casi despectivo. Los pocos datos que cazo que, de verdad, no me interesan son discusiones raras, conversación tirante de cierto mal tratamiento. Entiendo por lo que observo que no son matrimonio pero para el caso es igual porque en los matrimonios y cuanto más adelante también surgen, habitualmente, enfrentamientos. Diréis que soy un cotillo pero es que la mayoría de los artículos surgen del cotilleo, bien sea, éste, político, artístico, profesional, familiar. Esas polémicas dan pie para que cualquiera pueda poner su grano de arena en la playa de las opiniones. Y una vez más diré, que en estas situaciones siempre tienes mayor tendencia a inclinarte a favor de una de las partes, muchas veces sin un verdadero motivo.
Ayer (domingo 15) Juan Manuel de Prada en el XLSEMANAL en artículo titulado ‘Inflación deportiva’ censuraba, con toda la razón, la influencia mediática hasta en ciertos aspectos de dudoso arte deportivo, como por ejemplo son los ‘rallies’ de coches y motos, singulares carreras entre dos puntos a las que se dividen en etapas de complicados trazados, bien pues si aquí en España no hubiera salido un tal Carlos Sainz que ha dominado estas pruebas en muchas ocasiones, nadie, aquí, se hubiera ocupado de los seguimientos de estas carreras por esos circuitos programados para el riesgo. No digamos si se produce una picazón de cierto tono en los genitales de Raúl o Beckham o Ronaldo o Ronaldinho, etc. Esta situación produce y provoca la portada de apertura hasta del telediario de TV nacional de máxima audiencia que es el de las 9 de la noche, se muestra gran preocupación por ello, toda la semana se hace un seguimiento del caso y al final el ‘tristemente afectado por tan terrorífico problema’ termina jugando, pero esto a mantenido en ascuas a una buena parte del público, ha producido la venta de numerosos ejemplares de diarios deportivos, de gran seguimiento y con este tema de ‘importancia vital’ se soslayan auténticas noticias de consideración y preocupación.
Si conseguimos encabezar con un autóctono la lista de algún deporte, todo son parabienes, elogios, felicidad, eso sí, si no se consuma éxito, al primer síntoma de fracaso tiran al ídolo de barro que crearon y empiezan los comentarios de ‘no si ya se veía venir, lo único que les importa es el dinero, etc’. No me hacían falta estos comentarios, siempre pensé así. ¿A quién le importan, excepto a algunos vascos, los ‘aizkolaris’?. Es una tradición, tiene su interés, pero hay que haberlo vivido de siempre en ese medio. ¿A quién los importan los castellets, esas torres humanas que montan Cataluña? Pues a ciertos catalanes que lo vieron desde su nacimiento. Así me podría extender por cada comarca de España. Tengo que reconocer que Madrid, al ser muy diverso, muy cosmopolita carece de unas tradiciones de arraigo, eso no es ni bueno ni malo. El aurresku, la sardana, la sevillana, la jota, la muñeira, tienen auténticos seguidores, son sus tradiciones, el soso schotis madrileño de dudoso origen solo les importa a cuatro personas mayores que pretenden presumir de un ‘casticismo absurdo’, porque adueñarse de la palabra castizo es desconocer que la casta es palabra aplicable a la gente de cualquier parte del mundo, es la identidad de la raza de los pueblos.
Soy muy respetuoso con las tradiciones de cada lugar, pero no me gusta que de ello se enarbole bandera como si esa tradición fuera un síntoma de superioridad. De ello ciertos políticos, se aprovechan, para realzar nacionalismo radicales. Aprendamos todos, todos que somos ciudadanos del mundo y seremos menos orgullosos y más equitativos.

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