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ALTERACIONES PERSONALES.

ALTERACIONES PERSONALES.

Somos tan imperfectos, encabezo la lista, que la naturaleza nos ha dotado de una capacidad que quizá no lleguemos a captar, menos a dominar.

Tenemos capacidad o algo parecido para elegir situaciones y momentos. De ahí surge la diversidad de criterios. La Biblia dice que el rey Salomón encontró la solución a un problema sobre la verdadera maternidad de un bebé, con una decisión  aparentemente cruel en origen de dictamen, con decisión drástica decidió dividir al niño por la mitad y entregar cada una de ellas a las reclamantes. Surtió un efecto inmediato, la verdad maternidad pretendió salvar la vida del niño a cambio de renunciar a su posesión. La sabia pero dura propuesta fue suficiente para la observancia de la verdad.

Esta breve historia dejó como huella la frase de ‘juicio salomónico’ que aunque no nos demos cuenta se plantea casi constantemente.  Ha dado mucho ejemplo en la vida pero los humanos hemos llegado a perder conciencia y en muchos casos a ese niño se le dividiría con tal de sacar ‘tajada’, con tal de no dar el brazo a torcer. Afortunadamente y, no con palabrería barata, se puede hacer entrar en razón a las personas y atraerlas a un estilo y pensamiento razonados.

Yo no soy Salomón, para nada, no me han dotado de tal ‘inteligencia’, es mas, aún con buena intención, en muchas ocasiones, sobrepaso el límite de irascibilidad y falta de razonamiento, bien es verdad que me acompaña también una gran dosis de retractación y quien así lo comprende encima me elogia y ensalza. Me recuerda algo como a esos dos políticos judíos Rabin y Peres y el palestino Arafat que en 1994, después de estar animando a sus pueblos a matanza continuadas un día se dan la mano y el dudoso premio les es otorgado por este gesto.

Pero bueno no voy a ser tan severo conmigo, en circunstancias normales, modestia aparte, soy razonable y bastante justo. No digo que mis razonamientos sean ejemplares sino que aunque lo puedan aparentar en un momento ‘caliente’, carecen de malicia, no encierran doble sentido. Quizá con el paso de los años te quedas un poco anclado o varado en aguas poco profundas, lo que no soporto es a imbéciles profesionales (que los hay y muchos) que carecen de toda gracia, educación, a destiempo y encima pretenciosos. Si no están curtidos para una vida normalizada que por lo menos recapaciten antes de tratar con gente normalita y si son tan ignorantes que no son autosuficientes que seguro lo son, que tengan por lo menos la modestia de solicitar ayuda, yo no me cansaré de pedirla nunca, pero claro los olmos no suelen dar peras.


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