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AFICIONES.

AFICIONES.

No es que me encante la autocrítica pero soy un tipo raro, lo reconozco, hay personas que se obstinan en decir que a pesar de mis rarezas, soy bastante soportable. Gracias a estas comprensiones. A lo que iba, entre mis singularidades se encuentran en que si alguien me solicita sobre elección de mis preferencias, en cualquier materia, en unas las tengo algo mas claras pero, sobre todo en entretenimientos, me ponen en un brete.

Cine, teatro, fútbol, toros, espectáculos deportivos, excursiones, viajes, tertulias, lecturas, fotografías, visitas a exposiciones, museos, ferias, etc.

Por mis años y por mi curiosidad he ‘paseado’ todos estos caminos. Cada cosa, en su momento, me ha brindado la oportunidad de pasar un rato, mas o menos, agradable, pero ninguna ha llegado a satisfacerme plenamente ni llegar a crear una adicción concreta. Sí alguna afición, pero nunca muy firme. Quizá hoy en día, en el reposo del guerrero, a pesar de mi carácter, reconozco que hubo un tiempo donde me gustaron ver deportes en general, incluso de los que nada sabía, trataba de aprender sus reglas para poder tener una mejor opinión. El cine, hasta ciertos límites me gusto simple, pero selectivo, donde hubiera cierta finura, eso contrastaba algo que, con espíritu más infantil, me gustaron las películas llamadas de ‘indios’, aventuras, las llamadas históricas (donde siempre se barría para adentro). Entonces como mis mayores pasiones hablaría de la música y la lectura, pero tuve mucho tiempo condicionado a mis ocupaciones laborales que absorbían una buena parte de mi tiempo, para poderle dedicar el tiempo que yo hubiera deseado. Como derivación de la música, aún a mis años, en momentos propicios me sigue encantando bailar, continua siendo mi afición especial e innata, nunca fui a tomar cursillos. La música entra por mis oídos y mi cabeza la distribuye por mi cuerpo y sobre todo a mis pies.

Bueno tengo que reconocer que algo muy importante para mí, pero que no he querido mezclar porque considero no era apropiado, son las ‘mujeres’, mi obsesión natural. Pero que nadie confunda, soy todo respeto hacia ellas. No hablo únicamente, sería muy fácil decir que su físico me desencadena pasiones. Ni siquiera cuando me fijo en la persona, mi objetivo está en lo que se llamaría ‘ligar’. Además el hombre no ‘liga’, es la mujer la que abre alguna ventana o resquicio de puerta para dejar entrar a quien quiere. Pero hasta muchos cuerpos que no se considerarían ideales me hacen sentir atracción. Mi boca es muda, mi imaginación viaja, pero no me veo ni siquiera como acosador y conseguidor de ‘trofeos’ de los que muchos ‘fantasmas con sábanas oscuras’ presumen, lo que obtienen o lo pagan o es consentido.

Agradezco tener tan arraigada ‘esta afición’, me deleito en ella, soy romántico, no ofendo, respeto a todas, una por una y si llego a entrar en contacto con alguien que me atrae especialmente, me derrito.

Ahora escucho en mi repetido MP3 ‘Tan poquita cosa’ de la malagueña Pasión Vega. Bueno pues con este simple detalle mis ojos se humedecen con la dulzura de su voz, su delicadeza y su letra tan descriptiva y expresiva.

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