RAZONAMIENTOS GENERALES

Siempre me ha gustado resaltar que la palabra ‘discusión’ no conlleva el espíritu de pelea, de enfrentamiento. El DRAE dice que conlleva la comparación de resultados entre varios existentes. La discusión favorece el contraste de opiniones pero todo ello con razonamientos, no pretendiendo la imposición por la tremenda de un único participante. Sacar conclusiones eclécticas es bastante complicado porque lo que uno piensa, por bueno que ello sea, no quiere decir que se deba imponer, sin más, a las demás personas. Si un planteamiento se desarrolla entre dos personas, es muy posible que alguna de las dos personas, con tal de no llegar a hostilidades se predispondrá más ceder terreno con tal de llegar a un mayor entendimiento.

Ello es bueno, es estupendo pero, en ocasiones, el favorecido, con ello, se crecerá más pensando en que se le da la razón por que la tiene de pleno.

Ahí surge el egoísmo, aparente normal pero en ocasiones desmesurado.

Fácil ejemplo, una persona le gusta realizar algo como pasatiempo, el oponente no comparte esa opción porque en verdad tiene razones de que el participar en ese desarrollo implica riesgos propicios a la grosería habiendo elementos que en su ocultismo aprovechan el más mínimo resquicio para ir adelante con sus planes. Entonces no me sirve la observancia de decir ‘ con no hacerles caso’. No es esa la solución. No creo que con someterse a oír comentarios groseros y encima justificarles por su mala educación se reste importancia a esa mala situación.

Nadie puede garantizar la corrección de personas que animadamente participan en juegos compartidos de Internet. Una y otra vez se escudarán en usar diversos sobrenombres para despistar pero continuarán con su objetivo. El de la infamia y insolencia. Hay veces que hasta los propios ‘nicks’ (no me gusta recurrir a nombres ingleses para describir) ya son provocativos, pero esos apelativos ya implican incorrección por ‘gracioso’ que con ellos quieran resultar, otros se ocultan detrás de nombres que, como si fueran encapuchados de una procesión, parecen dar respeto para envolver mas a la presunta presa, los hay de ambos estilos, hombres y mujeres, pero imperan mas los primeros.

Entonces cualquier persona que conozca estos ‘territorios y lo que se cuece en ellos’ es normal que se sienta reticente a que a la persona que él respeta le agredan degenerados, por ello, pretende se aplique  en aficiones que resulten en conceptos más instructivos.

Por muy liberal que se sea, si más de un marido o esposa, supiera algo de estos ambientes se opondrían rotundamente a las participaciones de sus parejas, por mucho que sepan que, realmente, solo se van a aplicar al juego.

Bien es verdad que estas reconvenciones se deben aclarar civilizadamente y dar las razones que influyen en esas decisiones.

Lo que pasa es que si una persona conoce de sobra tu opinión, debería meditar previo que buscar soluciones a pasar el rato por este medio, por buena intención que se ponga, sabe que no va a encontrar aquiescencia. Tema de difícil solución porque una y otra vez te dirán y no sin razón que su único objetivo es el juego y entretenimiento.