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Sobre los hijos.

Sobre los hijos.

Hacia junio pasado escribí una serie de artículos relacionados con los hijos y sobre todo en su relación con la madre, vuelvo al tema, dado que éste sería una fuente inagotable de comentarios. Cuando sobre ellos de ‘edades difíciles’. ¿No habremos creado esas ‘edades difíciles’ nosotros con nuestra dejadez, pasotismo, comodidad y cierta despreocupación y además algo de desquite personal.? Pues, en general, tenemos los engendros que hemos ido moldeando.

Tantas veces he oído ‘como yo pasé privaciones, mis hijos no las pasarán’. Craso error. Una cosa es hacerles pasar privaciones y otras hacerles compartir que una economía familiar se basa en la colaboración de todos y cada uno, y aportando cada cual el papel que le corresponde. Nosotros fuimos felices con nada, supimos dar el valor que las cosas tenían, agradecimos el esfuerzo de nuestros padres por sacarnos a flote y si nos faltaba algo, nuestra imaginación lo complementaba. Fuimos economistas en lo paupérrimo, teníamos que equilibrar unos 20 o 25 cms de barra de pan con una modesta onza de chocolate terroso y casi siempre terminábamos al unísono. Ahora, lo primero que se les dice ¿qué te apetece? Si no quieres esto te hago lo otro.

Mis coderas de los jerséis iban zurcidas por manos hábiles y maternales que entonces sabían de todo eso, pues esa ‘distinción’ era la marca de nuestras prendas. Ahora no denigres a un niño sino lleva Adidas, Lacoste, etc, me revuelve hasta mencionar estas marcas con un ‘made in Tailandia’, fabricadas por niños pequeños sin escolarizar y que acaba de dejar una escuálida ubre para ganar sus primeras monedas en un mercado de millonarios y nuestros hijos y nosotros tan orgullosos de los logotipos que ‘decoran’  sus bien alimentados cuerpos con lo fabricados por otros niños ignorados y muertos de hambre pero que sus cerebros no están contaminados de ambiciones desmedidas.

Pero reitero la responsabilidad principal es nuestra. Les hemos criado en la abundancia y en la envidia. Afortunadamente quedan ciertos caracteres que sin llegar a ser férreos mantienen cierta disciplina y orden. El ‘rey león’ brama pero tolera mas que nadie con tal de que a él le dejen en paz y no le den tabarras, así se quita el muerto de encima, a él que no le vengan con nimiedades ni monsergas. Él gana el dinero, con ello ya cumple pero sino fuera por la administradora que controla la casa se vería en la miseria. Pero no en todas las casas hay ‘administradoras’.

Así que menos quejas y más acción orientativa y educadora.

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