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Festivos y fines de semana.

Festivos y fines de semana.

Estos aparentes días festivos para gran parte de la población a mí, por mi situación actual de cese en el trabajo, me resultan anodinos. Hago lo que otros días, yo me entretengo a mi manera, paseo, curioseo por internet prensa y diversas actividades culturales, siempre investigando, pasando mis escritos del bar a Words para luego copiarlos a mi página Blog. Pero el ambiente de ‘ mi rincón’, es diferente, el público no es el mismo, es cambiante, familias con niños en ausencia de colegios, persona que al estar libre de obligaciones laborales desboca en tertulias vocingleras, ya sé sabe los españoles tratamos de superar en tono siempre al tertuliano, desahogos alcohólicos, mayor descontrol en general, con lo que la paz y estabilidad de mi ubicación se ve alterada. Madrid, además, al ser una ciudad ‘invadida’ por la inmigración y al disponer estos vecinos de menos poder adquisitivo, no salen en coches a carreteras, a excursiones, entonces frecuentan bares para reunirse, narrarse sus cuitas y experiencias semanales. Encima como en los modestos y reducidos habitáculos que comparten varias familias encuentran la manera de evadirse e independizarse de esa mancomunidad obligatoria.

En una palabra el ambiente difiere. No digamos si encima aquí el domingo juega el Madrid en PPV, los bares se saturan y entonces estos escritores aficionados carecemos del reposo, lugar y sosiego ante los clamorosos comentarios aficionados. Hoy precisamente me toca partido a las 7 de la tarde, solo me queda que el propietario del local un tanto idiosincrásico lo conecte o no. Yo estoy deseando que eso no se produzca para mi tranquilidad. Insisto mi paradero es modesto, desaliñado, pero satisface mis objetivos, mesas y sillas al estilo café antiguo donde tantos escritores hicieron sus primeros pinitos y otros tantos desesperaron al no encontrar patrocinadores. Como mi pretensión está superada, simplemente, con publicar en mi modesta página estos rasgos tengo suficiente.

Sé que mi número de seguidores debe ser escasísimo pero me deprime algo no ver nunca un comentario ni a favor ni en contra. Me siento como una selva solitaria, en donde se pusieran carteles orientativos, sabiendo que por allí nunca pasará nadie. Quizá un día germine mi opinión.

imagen: Café clásico

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