Me muero por conocerte

Me muero por conocerte 28/10/05 –

Mi MP3 con canciones, por supuesto, elegidas por mí y en situación de salida aleatoria me provoca, a veces, comentario al respecto.

El título de este artículo es el de la canción que en dueto cantan Álex Ubago y Amaya Montero, la estoy escuchando. Siguiendo sus estrofas observas que son una ofrenda de apasionamiento cual llovizna multicolor de un espectáculo de fuegos de artificio. Tienen colorido, sonido y ya, trasladándonos al tema romántico, esas expresiones que manifiesta el contenido de la letra demuestran desgarramientos de pasiones incontenibles. Se traslucen hasta paisajes fascinantes, desgastes anatómicos de rozamiento de labios, todo ello erosionado por un amor intenso impetuoso.

Un torrente de pasión irrefrenable, devastadora, súplicas al ser querido para que no le descuide un momento, arrobamiento, embeleso de las ideas.

Inicia él un monólogo apresando todos sus sentimientos, incrementando el entusiasmo y, de repente, entra Amaya y con ‘rabia’, comparte con él la fogosidad, desgastan sus labios con besos vehementes.

Sus mentes alocadas, incontroladas hablan de delirios. El amor es la más maravillosa de las locuras. Pero aquí entra el realista, yo, negativo para otros, el amor es efímero, fugaz. Hablo del amor apasionado. La pasión es consumible y muy desgastable, quema mucho, el amor se puede mantener con aporte de voluntad pero, la erupción del volcán es impetuosa, el posterior río de lava es consecuencia de esa explosión, el geiser que representa la pasión, suelta chorros de calientes aguas. Las lavas del volcán según se van extendiendo, se van apagando y claro está deja huellas pero ha perdido los efusivos efectos del inicio del momento.