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Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida (LXV)-65º

Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida (LXV)-65º ***
... Continuando con la vecindad, en el tercero de la misma fila de enfrente, vivían una familia de Zamora, la abuela, matrimonio y una chica, Mª Tere, mas o menos de mi edad. No formaba parte de las pandillas habituales, pero tengo pocas referencias ahora mismo. En el cuarto, una tal Candelas y su marido, Evaristo, trabajaba de ordenanza en el Banco Hispano Americano y por las tardes hacía chapuzas de albañilería en casas donde se le requería, en nuestra casa fue el ejecutor con el tiempo de varias reformas. Ya encima de nosotros, en el segundo un matrimonio y tres hijos, Juan y Felipa, el matrimonio, la mayor Antonia, amiga de mi hermana de edades similares, Juanini y Fernando, los otros dos, todos, padre he hijos, excepto la madre, trabajan en Standard Eléctrica, la fábrica de teléfonos hoy en día Alcatel. En el tercero, una tal Nati. Aquí hay una historia. Siendo niña, unos 9 años y jugando se puso una media negra por la cara y con un cuchillo de cocina hizo como si amenazara a mi hermano José Luis (yo no le conocí, nací dos años después quizá para llenar su hueco), el niño tenía 2 años y hacía poco había comido, posible, por un corte de digestión provocado por el susto empezó a tener convulsiones y en, escasamente, un mes falleció. Ella sigue viviendo en el mismo lugar, claro no se puede imputar era muy niña como para distinguir las consecuencias que pudieran resultar de su juego. En el 4º vivían ‘la Plateras’, se ve que tuvieron algo que ver con trabajar sobre este metal alguno de la familia. Eran bueno la abuela y la madre, de un pueblo de la provincia de Jaén, La Carolina, recuerdos todavía el nombre completo de la abuela era Purificación Caravantes Zaldívar. Había tres nietos, Pilar la mayor como mi hermana unos 9 años mayor que yo y algo menores, pero no mucho, dos chicos, Fernando y Paco. Todos ellos eran de aspecto agitanado, bueno yo diría que eran, realmente, gitanos, lo digo sin ningún tipo de menosprecio hacia esa etnia, he tenido amistades y clientes estando en el banco aunque alguna faenilla me hizo alguno, pero esas te las hace cualquiera. A esta familia, les llamaba también ‘los negros’, por su piel tan atezada Ya digo que el desarrollo de mencionar a la vecindad no tiene otro sentido que entrar en curiosidades del entorno de aquella vida...

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