Blogia
ofloda

Moral frágil

Moral frágil Yo, que censuro algo sobre los síndromes, que tan de moda se han puesto, tengo que decir que, como la mayoría, tengo más de uno. Otra cosa es con anterioridad no se les había bautizado como ahora ni se hablaba tanto de ellos. Cada uno pasaba su trance, mejor o peor llevado, pero todo quedaba mas en el interior de cada uno. Los míos imagino que tendrán nombre, pero ese no me preocupa tanto como la incidencia en sí. En principio creo que precisaría una buena dosis de ‘moralina’ que no sé que letra podría tener en la escala literal de nominación vitamínica pero, posiblemente, la que yo necesito sería la XXL dada mi envergadura y, a la vez, mi fragilidad.
Me voy a piropear, ya me mis abuelas hace tiempo dejaron de hacerlo por razones comprensibles, he tomado la decisión de autohalagarme.
Soy como una figurita de cristal, ignoro si de Bohemia o Murano; soy como una estatuita, no sé si de Capodimonte; soy como una pieza de vajilla, no sé si de Sevres, soy como un mantón de Manila, soy como una puntilla de bolillos encajeados en Almagro, claro está todo lo refiero a mi moral. En cualquier caso no os creáis mucho que soy como todas esas cosas. No soy tosco, pero creo que tampoco tan refinado. Cuando me refiero a tanta delicadeza es simbolizando a mi fragilidad anímica. Mi sensibilidad se resquebraja a la mas mínima. ¿Seré depresivo?. Lo ignoro, tengo sentido del humor, suelo caer bien en ambientes de conversación y distracción, inculco inquietudes, promuevo animaciones sobre temas diversos. Y, sin embargo, yo mismo, me considero como esos ‘ídolos de barro’ a los que basta una simple lluvia fina para derretirlos, deshacerlos.
Cualquiera que mantenga una presión sobre mí, alguien que me deje un poco de lado cuando yo pretendo lo contrario, basta para encontrar con facilidad esa faceta de endeble moral que me abruma y entonces, muchas veces, se revela en un drástico cambio de humor que raya en una agresividad contenida, entiéndase agresividad como cólera, irritación, sublevación de ánimo menospreciado.
Soy orgulloso, pretendo ser fuerte pero, quizá la crianza en un ámbito matriarcal ha condicionado algo. Pero, realmente, ignoro si esa inconsistencia psíquica tendrá un origen concreto.

imagen: cerámica de Capodimonte

0 comentarios