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SÍNDROMES CURIOSOS

SÍNDROMES CURIOSOS Hoy 7 de septiembre, después de muchos días se presenta una tarde gris en Madrid y al parecer, según noticias en buena parte de España, son como los coletazos del verano, se va despidiendo con altibajos. Las piscinas municipales al aire libre ya se han cerrado. Ahora lo mismo te vienen días de cierto calor, como otros con frescos repentinos, demasiado contraste. Estos cambios radicales que te obligan a arroparte algo en la cama, cuando el día anterior estuviste ‘desnudo’, ese es mi pijama. ¿Tendrán reflejos estas variedades meteorológicas en el estado de ánimo de los humanos?. Posiblemente sí, claro está que siempre hay alguien mas vulnerable pero, además ahora cualquier circunstancia sirve para justificar variaciones anímicas. Hablamos de crisis postvacacional ¿tendrán estos problemas las tribus indígenas de las selvas amazónicas, por ejemplo?
Trabajé 40 años, no digo que no sintiera cierta nostalgia al final de las vacaciones pero de eso a tener que vivir tratamientos psicológicos. Oí decir a algún antiguo, cuando hacíamos algún melindre ante un plato de comida “¡Hambres es lo que os hacía falta para que supierais apreciar.!”. Otro dicho relacionado con esto, era “Hambre que espera hartura no es hambre pura.”
Bajo esa estela mediática de comentarios en teles sobre el victimismo que provoca el final de vacaciones, se crían los chavales. ¡Vuelta al colegio!, ¡Vade retro!, parece una amenaza.
Se habla tanto, se le da tantas vueltas al retorno laboral y estudiantil que termina calando en buena parte de la sociedad y el cumplimiento de unos deberes normales se convierten en una traumatización y síndromes con nombre y apellidos, injustificados.
También se ha establecido y hablado algo sobre los estados de anímicos mas o menos irritables que pueden propiciar los cambios estacionales. Se le achacan a la primavera y otoño un apogeo de nerviosismo adicional al cotidiano de esta vida que nos hemos impuesto.
Afrontemos la obligación a su tiempo para volver a encontrar las recompensas adecuadas, no pensemos, recurriendo al dicho “que todo el monte es orégano”. Aportemos cada uno nuestro granito de arena, el que nos corresponde.

imagen : vuelta al cole

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