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Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida (LIX)-59

Mi bitácora. La nave en el mar de mi vida (LIX)-59 ... Le toca el turno al váter, retrete, inodoro y cuantos apelativos se nos ocurra. Un angosto aparente pasillo, al fondo la taza, con una tabla de madera, para adecuar mejor el asiento. Una cisterna de loza también blanca como la taza, en la que se recogía agua, para mediante una fina cadena de eslabones con un mango, sirviera para vaciar su contenido y asear el servicio. Un gancho a modo de pincho para sujetar unos cuadrados de papel, que se cogían bien de periódico, vamos, que te ilustrabas el trasero, o material que se encontrara para la prestación, el papel higiénico existiría, pero era todo un lujo por el momento. La celulosa se escatimaba mas para estos menesteres. Una ventanita pequeña prolongación de la de la cocina daba luz a ese pequeño espacio de unos dos metros o algo mas por unos 85 cms de ancho. Encima de la puerta se hizo un tipo de estantería de madera para desahogo de guardar cosillas del hogar, había que aprovechar cualquier hueco. Con respecto al aseo íntimo de mujeres, como en aquellos tiempos el tema era tabú, ignoro cual sería el medio utilizado pero supongo que cada cual trataría de cumplir lo mejor posible. Ya digo había que poner bastante voluntad para mantener una higiene adecuada en tales condiciones. Hoy en día todos presumimos mucho de una o varias duchas diarias, son las ventajas de los adelantos técnicos, yo no voy a ir contra el progreso, solo justifico, en parte, que aquello no era el ideal para mantener unos mínimos de higiene y desenvolvimiento. Épocas anteriores habrán sido peores por supuesto, pero claro lo cuentas a los jóvenes y lo encuentran como ‘batallitas’, historias para no dormir. Todos en algún momento de la vida deberíamos vivir alguna privación, para después poder valorar mejor las cosas...

imagen: inodoro, pero actual, del que yo hablo era mas rudimentario.

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