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Ironías inteligentes

Ironías inteligentes El sábado 23, leí en ABC, un artículo firmado por el barroco Juan Manuel de Prada, no me pierdo ni uno siempre que estén a mi alcance. Al inicio de su lectura caí en la trampa de su ironía, me sentí, posteriormente, sonrojado, como si me hubieran dado un timo, cosa que no debe preocupar, siempre que en ello no medie la ambición. Aunque me extrañó que ‘atacara’ a sus ‘compañeros de viaje’ y censurara al propio diario donde ejerce, llegué a pensar en una ‘insubordinación’ dada su rebeldía elocuente. Al ‘agredir’ a Herrera y Martín Ferrand, tengo que reconocer y lo hago que piqué. Yo admitiría, esa fue mi inocencia a mis años, que dentro de una publicación, dentro de un partido, dentro de una asociación, etc, hubieran opiniones contrastadas, discrepancias y libertad para exponerlas. Sería la utopía de la cacareada libertad de expresión, tantas veces derivada hacia una incisiva hipocresía. Al hilo de mi inocencia y credulidad, en cuanto observé el derrotero de las críticas hacia sus colegas Carlos y Manuel, a los que él achacaba excesiva dureza y cruel censura a los inestables pasos del ‘des’gobierno que nos preside y les sometía a la desconsideración de aludir a los desmanes en la Guerra Civil y la Segunda República se produjeron, alternativamente, por las dos partes en liza, izquierda y derecha, como siempre ocurrió, ocurre y ocurrirá, si momentos mas inteligentes practican el eclectismo y moderan los extremos, es decir, encontrar un centro real, una moderación regulada, un no estar a este u otro lado por norma, sin poder saltar la raya. Pero nuestras mentes preclaras del lado ‘izquierdo’, los poseedores de la única razón y cultura, ellos, nunca reconocen sus terribles excesos. Mi tocayo, me llamo Adolfo, Hitler fue horrendo, responsable de masacres inauditas e imperdonables. Todos sabemos de sus exterminios, ríos de tinta, plenitud de tétricas imágenes televisivas recuperadas, aluvión de películas, nos ha instruido sobre esos tremendos exterminios. Pero me pregunto, en el lado opuesto figuras como Lenin o Stalin, los soviéticos que cometieron tragedias al estilo hitleriano pero elevadas al cuadrado ¿por qué sobre ese tema existe tanta ignorancia y silencio? Los gulags a poco que se sepa fueron silenciados campos de concentración y experimentación de mayor nivel que los tan mencionados campos alemanes.
Eso expresado en términos globalizados o de amplia extensión tienen su traducción al entorno geográfico de nuestro país, no me atrevo a decir España por si caigo en injuria y no herir sensibilidades autonómicas. ¿Os imagináis a ZP hablando con Pérez (Carod Rovira), Ibarreche o Quintana (el advenedizo gallego al pastel), mencionar la palabra ESPAÑA?, Jajaja, sería abroncado, abochornado, puesto firmes. Al jefe del ‘ejecutivo’ se le vendría su mundo encima, ese trío le increparía, le demonizaría, con ello, tendría en peligro continuar poniendo sus posaderas asentadas en ese inocente ‘banco azul’ del Parlamento. Resumiendo y para hacerlo breve, porque sino me parecería a Michael Ende y su ‘Historia interminable’, el Sr. De Prada, a mis años (¿) me hizo caer en la trampa de su sutil ironía. Me encantaría conocer el cachondeo que se habrán corrido con tal artículo los Sres. Herrera y Martín Ferrand.

(imagen : escritor y articulista Juan Manuel de Prada)

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