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Leyes electorales

Leyes electorales A colación de las elecciones gallegas, noticia de actualidad, celebradas el pasado 19 de junio y a la espera de unos votos de inmigrantes, se suscita la disputa del control de un gobierno por la consecución de un escaño en juego que, encima depende de ‘malabarismos’, ‘subterfugios’ y hasta diría de ‘pícaras marrullerías’.
No sé puede entender como la decisión de la formación de un gobierno dependa de cambalaches y apaños. Ejemplo sencillo, un partido consigue por un recuento de votos que, tampoco convence el sistema, 37 escaños, dos partidos con tendencias, políticas y objetivos diferentes logran, respectivamente 24 y 14 escaños. Entonces estos ‘minoritarios’ en confabulación, bellaca y deshonrosa se alían y dejan indefensos a una mayoría aplastante de votantes. ¡Craso error!, se podrá decir que el sistema sirve para todos, pero aún así, maldito e injusto sistema.
Ya ocurrió en Cataluña y peor en el País Vasco, donde un funesto personaje, con aspecto de marciano de comic que prometió no aceptaría votos de asesinos terroristas (el no lo dijo así claro, les respeta mucho), se ha acogido a la limosna de 2 escaños facilitados por estos, a su vez consentidos en formación política fraudulenta por el ‘desgobierno central’, principal manipulador, y con esos vergonzantes escaños, plantar su maldito culo en la poltrona. Resulta que en estas aberrantes coaliciones solo salen beneficias las minorías radicales y extremistas o asesinas en ciertos casos. Se vende la primogenitura por un plato de lentejas ¿han leído la Biblia? ¿Conocen el pasaje? O de otra forma se da el beso de Judas por bastante mas de 30 monedas. Claro así nos luce.
La ley no debería ser otra que voto depositado en las urnas cuenta por 1 punto y el que saca más puntos manda. ¡Así de fácil!. ¿Es que es tan complicado resolver esto o es que no interesa?
Tenemos que andar continuamente con picardías para engañar al pueblo y ¡hala!, una mayoría de votos carece de valor.
Resultado final en Galicia otra usurpación a los mayoritarios. ¡Sigamos así!

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